Por Edgardo Cabrera

Las frivolidades de Homero distan de alguien capaz de conducir la secretaría más grande del estado y los malos resultados están a la vista: no hay política de educación, más bien ocurrencias como aquel mamotreto del protocolo contra la violencia en las escuelas, lo que Sí Existen son muchos gansitos y pingüinos.

Desde su llegada, la secretaría ha padecido protestas, escándalos y tráfico de influencias. A la orden del día están los contratos leoninos, como aquel de los camiones que cobró la vida de un trabajador, o la requisición mensual de la despensa para su despacho.

Es una lista plagada de comida chatarra, cajas de pastelitos Marinela y refrescos, antojos pagados con cargo al erario, pero, además, en contrasentido a la política del gobierno de la autollamada cuarta transformación que está contra esos productos, sobre todo en las escuelas y en la población infantil, de ahí la intensa campaña para fomentar la comida saludable. 

El asunto no es menor, como lo quieren hacer ver sus bots y lamebotas, recordemos que Homero y compañía evidenciaron a los sindicalizados por sus exigencias comprendidas en el contrato colectivo, como ese de las roscas de Reyes, ¿con qué cara el secretario de los gansitos y los pingüinos acusa?

Lo frívolo es apenas la punta del iceberg, cómo en su momento se evidenció con el nombramiento de Luz Vera al frente de Conalep, el cargo que ocupa Homero pende de un hilo en el terreno de lo legal, ya lo verá.

A SUS ÓRDENES JEFA

Lo volvieron hacer, y por indicaciones del ejecutivo quien previo a aprobar las “bases del procedimiento interno para el proceso de fiscalización” convocó a la titular del Órgano de Fiscalización Superior para avalar el porcentaje para “aprobar” y “reprobar” las cuentas públicas.

La intromisión del ejecutivo en el legislativo es constante, vía el morelense a cargo del Medio Ambiente quien anda más ocupado en intimidar o coaccionar a los diputados que en ponerse a atender el grave problema ecológico que tiene la entidad, no solo en sus aguas, sino en el aire.

El mentado procedimiento no dista mucho de lo que venía manejando la legislatura de los moches, no obstante, con todo y las anomalías que detecten a los entes fiscalizables, deben alcanzar 70 puntos, ya llevan 5 con el simple hecho de haber cumplido con la entrega de la cuenta pública.

Sin embargo, el plan aprobado lleva truco, a diferencia de sus antecesores, alteró el porcentaje que les da cada rubro y con ello, ya lo verá, mágicamente de los 50 casos que venían reprobados, se reducirán a poco menos de 20, y es que de esa reunión previa que le comento, el OFS entregó al ejecutivo la lista, sí, información que apenas conocerán los legisladores el 14 de julio, fecha en que les enviarán los informes de resultados.

Por lo pronto, una cosa es clara, el periodo del 1 de enero al 30 de agosto de 2021, con todo y su procedimiento, terminará por dirimirse en tribunales ante la omisión legislativa en la que incurrieron al no dictaminarlas antes del 15 de diciembre del año pasado, como marca la Constitución Política de Tlaxcala cuando se trata de año electoral. 

Del último trimestre, ya correspondiente a las nuevas autoridades, veremos cómo la Triste Historia solapa a sus alcaldes y castiga a los adversarios, al tiempo.