Entre ratas y tlacuaches
26 de febrero - 2018

Por Edgardo Cabrera

La semana pasada el diputado Mariano González Aguirre puso el dedo en la llaga al asegurar que el edificio del Congreso del estado no había recibido mantenimiento, “ni general ni correctivo” durante más de 25 años.

Ahora que se realizan los trabajos de remodelación quedó al descubierto que el sistema eléctrico estaba colapsado, el drenaje inservible, y entre los plafones vivía una plaga de roedores que destrozaron todo.

En suma, hablamos que el Palacio Legislativo estaba destrozado y que los integrantes de los Comités de Administración de anteriores legislaturas engañaron, particularmente los de la LXI, ya que supuestamente destinaron al menos 30 millones de pesos para tareas de remodelación producto de los ajustes trimestrales.

Queda claro que saquearon ese recurso ya que no se aplicó para lo que se prometió, incluido el supuesto sistema de voto electrónico que nunca se puso en operación por la pasada legislatura local a pesar de que en su momento Ángelo informó que se habían destinado 1.2 millones de pesos para ello.

Es evidente que se maquinaron estafas y los autores de éstas aún gozan de impunidad.

Solo

En Apizaco Pablo Badillo se va a quedar sólo, si bien gracias a su padrino Adolfo Escobar Jardínez consiguió la candidatura del PAN por el IV distrito, el alcalde Julio César Hernández y su grupo político no va a mover ni un dedo para apoyarlo.

Es decir, el también regidor deberá rascarse con sus propias garras en la elección constitucional y lo peor para él es que ni en el PRD ni en el PAC lo ven bien, lo consideran un candidato débil y por tanto lo dejarán a su suerte.

Por si fuera mucho lo anterior, hay que agregarle a sus negativos el enorme desconocimiento que tiene el joven Badillo de las necesidades y demandas de los apizaquenses ya que buena parte de su corta vida política la ha realizado en la capital del estado y desde que llegó a la regiduría del municipio rielero se sintió que estaba en un trono sin hacer talacha a favor de la población.

Ya veremos para dónde se carga el alcalde Julio Hernández ya que es indudable que él trae la estructura y el dinero para hacer ganar o perder a quien sea.

La mano que mece la cuna

Al director general de los Cecytes, José Luis González Cuéllar, otra vez se le está desmoronando la tranquilidad en los planteles y detrás de las recientes protestas está la mano del sindicato que encabeza el lorenista Zenón Ramos.

Padres de familia y alumnos están siendo usados como carne de cañón para cerrar planteles acusando supuesta falta de personal académico y malos tratos.

Lo cierto es que el sindicato Cecyte-Emsad quiere imponer a maestros afines a sus intereses políticos en las aulas y han abusado de su autoridad frente a los alumnos para lavarles la cabeza contra los mentores ajenos a ese gremio que llegan a dar clases.

Es de mencionar que no todos están de acuerdo con las protestas y por un grupúsculo se han quedado sin clases la gran mayoría.