El mal de los moches
7 de mayo - 2015

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El alcalde de Ixtacuixtla, Tomás Vásquez se puso la soga al cuello, está confeso de sangrar el sueldo de los empleados para pagar un evento con fines de lucro. Conocidos –de su propia boca- los números, ¿dónde quedó el millón 148 mil 900 pesos mochado a los trabajadores?, en manos de quién fue a parar

Por Edgardo Cabrera

El alcalde de Ixtacuixtla, Tomás Vásquez Vásquez se puso la soga al cuello, está confeso, ayer convocó a una rueda de prensa en la que aceptó la aplicación de descuentos directos a la nómina de los empleados del ayuntamiento para pagar la feria.

¿Alguien le habrá explicado que lo que hizo se encuentra fuera de la norma laboral?

Basta que un sesudo abogado laboralista retome el caso para actuar no solo en contra del presidente municipal sino del cabildo dado que –según las pruebas ofrecidas por él mismo-  existe un acuerdo mediante el cual se determinó sangrar el sueldo de los empleados para pagar un evento con fines de lucro.

El ex diputado local, que se supone conoce las leyes dado que estuvo encargado de elaborarlas a su paso por el Congreso, debería saber que esas retenciones pueden ser consideradas ilegales. Un acuerdo de cabildo no puede estar por encima de la ley federal del trabajo, así de simple.

Los números

El de Ixtacuixtla palomeó el descuento de entre 5 mil 900 pesos y 7 mil 900 pesos para pagar la presentación de Lupillo Rivera, el grupo Exterminador, la corrida de toros, las paellas y otra serie de actividades, reitero, que tuvieron un fin de lucro, aquí no se trató de un acto de caridad.

¿A dónde fueron a parar las ganancias?, ¿a los trabajadores?, por supuesto que no.

Según el propio alcalde, hablamos de180 trabajadores obligados a “contribuir” a la “organización” de la feria y por tanto a pagar 5 mil 900 pesos en boletos, hablamos de 1 millón 62 mil pesos; además 11 directivos tuvieron que mocharse con 7 mil 900 cada uno, es decir, 86 mil 900 pesos.

Dice el alcalde que esos festejos le dejaron una derrama de 1 millón 650 mil pesos y que el ayuntamiento solo invirtió 300 mil pesos ¡¿?!

Si las matemáticas no nos fallan, para empezar, hablaríamos de 1 millón 350 mil pesos de ganancias (descontando la inversión del ayuntamiento), ¿dónde quedó el millón 148 mil 900 pesos mochado a los trabajadores?, en manos de quién fue a parar.

Dado que hubo ganancias, supondríamos que lo correcto era devolverles su dinero a los trabajadores, pero eso no ocurrió.

Con su conferencia y sus números lo único que provocó Tomás Vásquez fue asestarle un golpe a su partido, el PRI. Con esos amigos, el dirigente Marco Mena para que quiere enemigos.

Duda

Por cierto, si a los trabajadores les mocharon 5 mil 900 pesos de su sueldo y a los directivos 7 mil 900 pesos, ¿cuánto se le descontó a Tomás Vázquez, a los regidores y la síndico?…

Benéfico

Las cosas pintan mejor en Nativitas, algo que resulta favorable a casi cuatro semanas de las elecciones federales.

La semana pasada, el secretario de Gobierno, Ernesto Ordóñez, se reunió con integrantes del cabildo de Natívitas para desahogar los puntos que mantenían en conflicto a algunos miembros del ayuntamiento con el alcalde Cuauhtémoc Barranco.

Con este encuentro, se inició la construcción de acuerdos entre ambas partes, en un marco de tolerancia y respeto –que buena falta hacía-, a fin de mantener la civilidad de la comuna en beneficio de los ciudadanos.

Este miércoles, en un ambiente de calma, se efectuó una sesión extraordinaria de cabildo en donde los involucrados formalizaron acuerdos que permitirán a la comuna superar diferencias. Como testigos del encuentro fungieron la diputada del distrito, Cecilia Sampedro, y el titular de la Segob.

Trascendió que las partes acordaron que la síndico Carolina Vázquez se incorporará a sus oficinas, y que el alcalde se pondrá al corriente respecto a percepciones que estaban pendientes. Sobre el presupuesto, se determinó que 50 por ciento se aplique en términos de cómo está etiquetado, y que el resto se distribuya en función de las prioridades que logren ser acordadas.

La labor política de Ordóñez –lo que nunca pudieron los diputados- favoreció que esta problemática municipal pudiera destrabarse. Se generaron condiciones para el diálogo y el acuerdo.