Por Carlos Carreón Mejía

Atrás ha quedado la percepción de que vivimos en uno de los estados más seguros del país. En los últimos meses, la delincuencia se ha apoderando de las calles de Tlaxcala.

Y es que cada vez es más recurrentes leer primeras planas, donde la nota de ocho columnas sea referente a algún problema vinculado con la inseguridad que vive el estado.

El robo de vehículos y autopartes, robo a casa habitación, asalto al transporte público y vía pública, robo a comercios y hasta plantíos de amapola e intentos de linchamientos, han sido los principales temas del primer año de gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez.

¿Qué está pasando, gobernador? como partido político le brindamos el voto de confianza en la Cámara de Diputados, para respaldar las propuestas que como ejecutivo estatal tiene la facultad de enviar a la soberanía parlamentaria del estado. A casi un año del nombramiento del titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado, los resultados son palpables y nada alentadores.

¡A la delincuencia no se le escapa nadie! Lo mismo le toca a un ciudadano de a pie que tiene miedo de denunciar por ser víctima de una represalia, que a un diputado local que tiene la posibilidad de señalar a la delincuencia desde la máxima tribuna del estado. Lo cierto es, que la delincuencia en Tlaxcala está desatada, y tal parece que a ningún integrante del gobierno en turno, ni al mismo gobernador, le interesa resolver el problema.

A diferencia de los plantíos de amapola -hectáreas que por cierto no fueron descubiertas por el ex mandatario Mariano González Zarur- los delitos de mayor incidencia en el estado de Tlaxcala, tienen que ver con delitos del fuero común, en los que debe de trabajar el gobierno del estado con los gobierno municipales, para prevenir, inhibir y erradicar, con una estrategia conjunta y eficiente que permita meter a los delincuentes a la cárcel.

¿Por qué el poder legislativo no llama a cuentas a los responsables de la seguridad en Tlaxcala? Resulta que a pesar de que los legisladores soliciten la comparecencia de algún titular de las secretarías que integran al poder ejecutivo local, es el gobernador quien tiene que decir sí o no, para que los secretarios acudan al llamado del legislativo. ¡nada más atrasado en una democracia, que el poder digno de un cacique! Necesitamos una reforma de ley que le quite esa facultad al gobernador…

Los titulares de la Procuraduría General de Justicia del Estado, la Secretaría General de Gobierno y el Comisionado de Seguridad, son a los primeros a quienes el Congreso local debe llamar a cuentas, evaluar, y de ser necesario, sugerir al gobernador de manera respetuosa, pero firme, que se generen los ajustes que sean necesarios para que la tranquilidad regrese a nuestro estado.

Desde el PAN seguiremos haciendo los señalamientos y las propuestas necesarias, para que las familias tlaxcaltecas recuperen la paz que les ha sido arrebatada en los últimos meses de este desastroso e inactivo gobierno.

Agradezco el favor de su lectura. ¡Buen inicio de semana!