El costo oculto del agua embotellada en Tlaxcala: impacto económico, ambiental y social
16 de enero - 2025

La alternativa cotidiana que amenaza al bolsillo, al medio ambiente y a los recursos naturales del estado

Por Stephany Rodríguez

En Tlaxcala, el consumo de agua embotellada se ha convertido en un hábito tan cotidiano como costoso. Aunque muchas familias consideran que es la opción más segura para garantizar su salud, el impacto económico, ambiental y social que genera esta práctica ha despertado preocupación entre expertos y ambientalistas.

Un gasto que golpea los hogares

María López, habitante de Tlaxcala, comenta que gasta alrededor de 350 pesos mensuales en garrafones de agua para su familia. “El agua de la llave no es confiable. “Prefiero pagar más por la tranquilidad de saber que lo que consumimos es seguro”, explica.

Historias como la de María son comunes en los hogares tlaxcaltecas, donde la percepción de inseguridad sobre el agua potable obliga a muchas familias a destinar una parte significativa de su presupuesto a la compra de agua embotellada. Este gasto afecta especialmente a comunidades rurales y urbanas con menores ingresos, donde las alternativas de tratamiento doméstico son limitadas.

El impacto ambiental de esta práctica no pasa desapercibido. David Juárez, “Las botellas y garrafones desechados son un problema creciente. “Muchas veces no se reciclan adecuadamente y terminan en barrancas o cuerpos de agua”, mencionó .

Juárez señala que, aunque existen campañas de reciclaje en Tlaxcala, los esfuerzos no son suficientes para lidiar con la cantidad de residuos generados. “El plástico de un solo uso está saturando nuestras comunidades y ecosistemas”, enfatiza.

Otro punto crítico es la presión que el consumo masivo de agua embotellada ejerce sobre las fuentes naturales de agua. Empresas embotelladoras extraen grandes volúmenes de agua de los mantos acuíferos, una práctica que podría ser insostenible si no se regula con mayor rigor.

Tlaxcaltecas coinciden en la necesidad de promover alternativas que beneficien tanto a las familias como al medio ambiente. Entre las propuestas están fomentar el uso de filtros de agua domésticos, mejorar la infraestructura para garantizar agua potable de calidad y aumentar la concienciación sobre el impacto ambiental de los plásticos.

“Debemos cambiar nuestra relación con el agua embotellada.” “No solo se trata de un problema económico, sino también ambiental y social”, concluye Juárez.