Justos por pecadores 
1 de agosto - 2023

Por Fernando Tamayo

El anuncio por parte del Gobierno Estatal respecto a la privatización de los servicios de salud para la base trabajadora al servicio del Estado dada a conocer el día domingo, no solo generó un caos al interior del gobierno morenista local, sino además, colapsó la movilidad de nuestra Entidad generando afectaciones para cientos de tlaxcaltecas que sin deberla ni tenerla fueron víctimas de las acciones sindicales en “pro” de los derechos laborales de sindicalizados y jubilados.

El modelo planteado por el Gobierno del Estado para que los servicios de salud a los trabajadores del Estado sean prestados por un particular resulta novedoso, sin embargo, a los integrantes del gabinete lorenista se les olvidó que la forma es fondo.

Y si bien el nuevo esquema pretende combatir la corrupción y el uso indebido que se ha realizado del sistema de salud de los burócratas, la realidad es que el proceso de transición ha resultado de igual manera poco claro, sobre todo para los derechohabientes.

El gremio de los trabajadores al servicio del Estado tiene un papel protagónico en nuestra Entidad, los agremiados representan un importante porcentaje de la población económicamente activa de Tlaxcala por lo que su función resulta fundamental en el desarrollo del Estado por lo que sus prestaciones deben tratarse con pinzas, sobre todo, cuando se atenta contra sus prestaciones.

Hasta el momento no se sabe qué tan positivo o negativo resultará el nuevo modelo de salud para sindicalizados, pues apenas se pondrá en marcha el día de hoy, lo que si se sabe, es que faltaron mecanismos de socialización suficientes para evitar las manifestaciones del día de ayer y las que se esperan para hoy martes.

El Gobierno Lorenista nuevamente falla en la forma, y pese a que se espera que el nuevo modelo de salud permita el manejo adecuado del recurso público y una atención más eficaz y eficiente la forma en que el mismo se impuso genera suspicacias, pero sobre todo, molestias para tlaxcaltecas que sin deberla ni temerla sufrieron las consecuencias de las manifestaciones sindicales. Esperemos que el día de hoy se logren los consensos con dirigentes y que los bloqueos carreteros se detengan, de lo contrario, una medida que pretendía ser positiva podría verse opacada por la falta de oficio político. Al tiempo.

Desde la barrera

Mientras los sindicalistas exigen respeto a sus derechos de salud, bien valdría la pena que las autoridades locales dejaran en claro la forma en que se licitaron los servicios de salud de la base trabajadora. Tal y como se evidenció por parte de este medio, la empresa beneficiada, es la misma que en gobiernos anteriores prestaron sus servicios al Estado. Si se pretende cambiar el modelo ¿por qué dotar el contrato a empresas vinculadas al antiguo régimen?

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