DESESPERADOS
15 de mayo - 2024

Por Edgardo Cabrera

Algo no le gustó y es claro que tiene que ver con las mediciones de preferencias electorales que no les dan una ventaja a los candidatos morenos para las elecciones de junio próximo en la mayoría de los municipios, lo mismo ocurre en los distritos locales.

Apenas empezaron las campañas por las diputaciones locales y las alcaldías, y la mandataria estatal hizo presencia en redes sociales, lo mismo tratando de hacerse la simpática, como cuando equivoca los nombres de los tacos de canasta por los de guisado, que, promocionando abierta y descaradamente acciones de su gobierno, lo que constituiría un presunto delito electoral.

En su cuenta oficial se puede ver la promoción de una planta de tratamiento, la difusión del incremento miserable a los sueldos y prestaciones de los burócratas, felicitación por el día de las madres, la promoción de reuniones con su gabinete, recorrido por obras en municipios y hasta, irónicamente, una reunión con servidores públicos para supuestamente evitar el desvío de recursos en época electoral.

Su injerencia es clara y muestra, además, la urgencia por inyectarle apoyo a los candidatos oficialistas quienes, no solamente resienten la baja popularidad de la gobernadora, sino las pésimas políticas y acciones gubernamentales, el lunes, por ejemplo, otro candidato morenista pidió protección especial ante amenazas y la endeble seguridad que padecemos.

Por lo anterior, la candidata al Senado de la República de la coalición PAN-PR-PRD, Anabell Ávalos exigió a Cuéllar sacar las manos de la elección, no solo eso, expuso que los partidos políticos que la apoyan lo han documentado para proceder en contra de su actuación, al tiempo.

BOCHORNOSO 

Vaya espectáculo que dieron el lunes en Huamantla durante un debate convocado por un medio de comunicación donde quedó exhibida la intolerancia, pero también la impuntualidad y la necesidad urgente de la intervención del ITE para regular estos ejercicios que parecen buenos, pero que terminan por convertirse en una exhibición de intolerancia, insultos y quejas.

Resulta que, a excepción de uno, los candidatos tuvieron atrasos en su arribo a la sede del debate, pero al último en llegar, ya sobre la marcha del programa, fue el ecologista Salvador Santos que busca la reelección, y a quien le impidieron participar por impuntual, todos, incluidos los moderadores se unieron a la petición del morenista Carlos Pimentel, para sacarlo, y se fue.

Antes, los candidatos intercambiaron señalamientos, reproches, ofensas y debatieron lo que no tenían que debatir: la presencia del alcalde con licencia en un programa, convirtiéndolo en protagonista pues aprovechó la polémica para defenderse, hacerse promoción y hasta invitar al voto por él.

Lo que no vieron los aspirantes contrarios a Santos Cedillo es tenían la oportunidad de hacerlo trizas políticamente, pero actuaron con el hígado, no con la cabeza. Mientras tanto, la autoridad electoral ausente una vez más para llamar a la civilidad y la tolerancia, lo sé, dirán que no tienen facultades para regular estos ejercicios convocados por los medios, pero sí sobre los candidatos y los partidos para establecer reglas claras, así como actuaron con las acciones afirmativas donde tampoco tenían un marco legal, pero regularon las candidaturas para grupos históricamente discriminados.