TENSIÓN
12 de agosto - 2021

Por Edgardo Cabrera

Quizá porque tuvieron el mal tino de hacerlo en fin de semana y se perdió la información, pero las cosas entre el PT y Morena no pintan nada bien, existe tensión a escasas tres semanas de la sucesión.

Las autoridades electas del partido de la estrella, comandados por Silvano Garay y su hija Irma, ofrecieron una conferencia de prensa donde reiteraron que no son empleados ni subordinados del Movimiento de Regeneración Nacional, tampoco de la gobernadora Lorena Cuéllar, por lo que demandaron ser vistos como aliados políticos.

El señalamiento se desprendió de los cuestionamientos de los reporteros en torno al número de posiciones que les tocarán en el gobierno estatal, y es que en los procesos de entrega-recepción los petistas no han sido considerados en ninguna dependencia de peso económico, político o social.

En su defensa, Silvano Garay aseguró que no buscan ninguna negociación y enfatizó que sigue firme el acuerdo de un gobierno de coalición, es decir, no se ven como empleados, sino aliados.

La realidad es que los petistas están molestos y desconcertados, aunque saben jugar muy bien sus cartas, basta revisar lo que pasa en el plano nacional donde las mismas presiones y quejas se viven en este momento frente a Morena.

El asunto es que sus siete alcaldes y cuatro diputados locales, así como los tres legisladores federales, les dan una poderosa voz y gran margen de negociación.

Si en el Congreso del estado Lorena y su partido quieren impulsar reformas legislativas, presupuestos y apropiarse del mayor número de posiciones, requerirán de ellos para hacer mayoría; en el plano federal por Tlaxcala, unicamente traen los lorenistas al electo Carlos Agusto Pérez para cabildear a favor de la entidad en la Cámara Baja, ya que es claro que la otra morenista, Dulce Silva, no estará a sus órdenes.   

SUCESIÓN BUAP

La semana pasada sorprendió la visita a Tlaxcala de la académica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) Guadalupe Grajales y Porras, aspira a la rectoría, y no, no se extravió, su presencia obedece a los miles de estudiantes y catedráticos tlaxcaltecas de esa casa de estudios.

En esa reconocida y politizada institución andan en franca campaña para la renovación de la Rectoría en octubre, y a diferencia de otras universidades, como la UAT, en la Benemérita el proceso de sucesión ocurre mediante una elección en urnas, donde participa toda la comunidad estudiantil, académica y administrativa.

Grajales aspira al cargo, pero la han bloqueado de ahí que decidió emprender una campaña de avanzada, fuera de la capital poblana, acudir a los municipios de esa entidad, pero también a estados donde existe una curricula importante como Tlaxcala y con ello no dejar que la ilegalidad del Consejo Universitario imponga a una incondicional del actual rector Alfonso Esparza Ortiz.

La también exsecretaria general de la BUAP hasta hace dos semanas, cuando fue destituida por el mismo rector como represalia por su aspiración a sucederlo, acusó que el Consejo Universitario se “auto prorrogó” su periodo, el cual ya venció desde marzo pasado, para poder manipular el relevo en la Rectoría.

Por ello, acude a la corresponsabilidad de los universitarios tlaxcaltecas para defender su representatividad ante el máximo órgano de gobierno de la BUAP, ejerciendo la democracia universitaria, que ha sido trastocada por los actuales consejeros ilegítimos y títeres del Rector Esparza, quien últimamente ha sido cuestionado en las finanzas y la legalidad de la institución.