PUGNA
27 de julio - 2021

Por Edgardo Cabrera

Los tiempos para suceder al líder sindical de la sección XXVII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud comienzan a acelerarse, y quien anda trabajando en un movimiento integrador es Tomás Osorio Hernández.

Entre el gremio lo ven muy verde, dada su juventud, pero las apariencias engañan, no es un novato en la política estatal y dentro del movimiento administrativo en la Secretaría de Salud. 

Fue asesor del subsecretario de salud José Luis Vazquez Soto y ha sido un activo político  importante dentro del gremio. 

Busca concretar un movimiento serio que sustituya las viejas y amañadas estructuras de Blanca Águila Lima, algo difícil ya que si algo tiene la diputada local electa es el férreo control del sindicato donde nunca ha dejado de mandar, incluso en aquellos tiempos cuando fue alcaldesa en Zacatelco, colocando a alguien como títere de sus intereses.

En agosto se espera la elección bajo las nuevas condiciones establecidas por el presidente López Obrador para «garantizar» la vida interna de los sindicatos con procesos democráticos, así es que no solo la mano del PRI estará presente, también la de Morena, se anticipan tiempos complejos, enmarcados dentro de un contexto de pandemia y de la tercera oleada de contagios de Covid-19 donde la demanda de personal de salud es mayor.

LAS LECHUGAS

Como la fresca lechuga andan aquellos que traicionaron a sus respectivos partidos políticos, y no solo eso, sino como en el PAN, quienes aspiran a ocupar la dirigencia persisten en recurrir a la pesca en la cañería de la política.

Es el caso del afamado Charly Quiroz, quien manda un pésimo mensaje a los suyos al premiar la deslealtad, pero con la agravante de ser quien preside la Comisión de Orden, y con ello dejando de lado su obligación institucional de iniciar procedimientos a quienes le dieron la espalda a su partido en el pasado proceso electoral.

Ya en días pasados dimos cuenta de una selfie que presumió en facebook con el regidor chiautempense Damián Mendoza, el mismo que tiene esa posición gracias a Acción Nacional pero que no tuvo empacho en apoyar al candidato del PT a la alcaldía Eloy Berruecos.

Ahora, en uno nuevo de sus desvarios presumió otra imagen con el ex candidato del PAC en Santa Cruz Tlaxcala, Rodrigo Javier Ortega Salado, con quien quiere “recomponer el futuro”, sin duda, una burla más, no olvidemos que en su berrinche por no ser candidato, dada la cuota de género, se negó a apoyar a Lety Hernández, y al final, por esa deslealtad, ambos perdieron frente a Morena.    

El mensaje es claro: para el aspirante a la dirigencia lo suyo es premiar la deslealtad y eso le podría costar muy caro. 

OTRO

Quien sigue sin darle la cara a su militancia es el dirigente estatal del PRI, Noé Rodríguez Roldán, es la fecha que no ha rendido cuentas de la derrota de su partido en la gubernatura, distritos y ayuntamientos, no solo perdieron el poder ejecutivo que durante dos administraciones seguidas refrendaron, sino que fueron derrotados en la capital.

A diferencia del PAN donde se premia la deslealtad, parece en el tricolor lo suyo es aplaudir la ineptitud.

Aunque quiera achacarle la derrota al gobernador Marco Mena, como por ahí dicen sus lazarillos, más de un candidato priísta, y ex priísta, pueda dar testimonio de que su dirigente los dejó a su suerte, en algunos casos hasta les metió el pie.

El ejemplo más claro es Tlaxco, donde la alcaldesa Gardenia Hernández terminó en Morena por la torpeza política del dirigente que nunca supo conciliar. 

Cierto, ganaron el distrito, pero perdieron la alcaldía, no solo eso, los dirigente partidistas pueden dar fe de que el fracaso de una coalición completa se debió en buena parte al desinterés priísta, algunos dicen que fue el pago porque Noé nunca digirió que no fuera nominado a la candidatura a la gubernatura.