Por Edgardo Cabrera

A horas de que arranquen campaña los candidatos a ayuntamientos y diputados locales, en el Revolucionario Institucional se traen un completo desastre en materia de organización, no tienen pies ni cabeza, salvo dos casos, en el resto de los municipios no existe orden en sus estructuras.

Resulta que el partido político se ha desentendido de las campañas, a diferencia de elecciones anteriores, no hay coordinación, pareciera, por tanto, que no hay intención de ganar presidencias municipales; en el mejor de los casos han entregado la plaza a sus aliados, en otros, les comerá el mandado la oposición.

Es el caso de Huamantla, donde de plano no metieron a nadie a la contienda, aún peor, para las presidencias de comunidad la dirigencia estatal del tricolor solo registró a diez de 31 aspirantes a ocupar un cargo de elección popular, en los 21 restantes hay inconformidades y decepción, recurrirán incluso a tribunales para impugnar.

En Apizaco es el propio candidato, José Luis Ramírez Conde quien de plano se ha metido a ser la labor del partido tanto en la organización como en la operación, no es para menos, en juego está su futuro político.

El ex secretario de Comunicaciones y Transportes viene empujando con idea y trabajo su proyecto, haciendo operación cicatriz y fortaleciendo una debilitada estructura municipal que durante años fue descuidada por la dirigencia estatal, como consecuencia de ello, olvidaron al poderoso “grupo Apizaco”, quien ahora está operando para el PRD. 

En la capital, considerada la joya de la corona y principal bastión del Revolucionario Institucional, Anabel Alvarado viene trabajando a contracorriente y a marchas forzadas, con el tiempo en contra, y tratando de contrarrestar la ausencia de trabajo del partido, recordemos que en un descuido político, dejaron correr a cinco varones durantes meses, al final, de un plumazo determinaron que era para mujer el género de la candidatura y descompusieron el tablero, aún así, la candidata se ha puesto a trabajar.

Si en verdad quieren ganar, tendrán que meter orden y trabajo. Si se quejan de Morena y su desastre interno, en el PRI no cantan mal las rancheras.

¿OPERADOR? 

Como “defensor de los derechos humanos” deja mucho que desear el personaje conocido como Cid pero que se conduce como Zar, sin embargo, su verdadero talento tiene que ver con el arte de engañar a los políticos, y eso, evidentemente, es un don, el don del cinismo.

Lo anterior viene a cuento porque a nuestro poder llegaron varias fotografías que evidencian a este personaje organizando eventos y comprometiendo apoyos tanto a las candidatas Anabell Ávalos, como a Lorena Cuéllar.

No solo eso, sus garras también están metidas en la campaña por la presidencia municipal del PRI en la capital, pero tambien en Morena en San Pablo del Monte.

En la capital, por ejemplo, en aquellos tiempos en los que un grupo de varones trabajaban por ser candidatos, en una de estas gráficas aparece desparramado en una silla de plástico en un patio donde le organizó una reunión a Pedro Bañuelos, no llegó sólo, obligó a personal del organismo que mal encabeza a acompañarlos a este acto político, y en horario laboral, aunque justificó la ausencia de los empleados por “pandemia”.

Sus tentaculos también se extienden a Redes Sociales Progresistas, el año pasado andaba operando por medio de una mujer oriunda de Calpulalpan que se filtró como la humedad en ese partido y logró colarse hasta convertirse en la segunda a bordo en la dirigencia.

Tras la llegada de Saga y su esposa Aurora Villeda, la dejaron fuera de ese mini emporio que compartía con el Zar de los Derechos Humanos, en “recompensa”, en marzo pasado la acomodó como empleada temporal del organismo, y semanas después la presumieron como una “adhesión” a Anabell Ávalos.

El expediente es extenso y además incluye a por lo menos tres diputadas y diputados locales, todos de la 4T con quienes se ha infiltrado al equipo de Lorena Cuéllar en busca de su ratificación del cargo, sin embargo, esta nueva evidencia de la cual ya tienen conocimiento algunos legisladores no solo lo dejan fuera de cualquier posibilidad de perpetuarse cuatro años más, sino que también deben ser motivo de abrirle un expediente ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales de la FGR.