Por Edgardo Cabrera

Si diciembre y enero fue malo para Morena tras la imposición de candidatos a la gubernatura (por sus cuestionadas y escondidas encuestas), en febrero viene lo peor con la designación de sus abanderados a distritos locales y federales, ayuntamientos y presidencias de comunidad, a varios los veremos abandonando sus filas para ser candidatos de otras fuerzas y ganando.

Tratando de evitar otro espectáculo, mismo que aún no termina tras las impugnaciones promovidas en tribunales, y los huevazos que le llueven a Mario Delgado cada que lo ven en público, este domingo el partido en el gobierno federal convocó a sesión de su Consejo Nacional esperando calmar las aguas y llegar a acuerdos.

Y si bien no veremos sillazos, patadas o pellizcos, ganas no faltarán, y es que los trabajos se realizarán de manera virtual.

Aún así, todo apunta a que su reunión reventará cuando lleguen al punto cuatro de su convocatoria, momento en que rindan un informe las comisiones nacionales de Elecciones y Encuesta, las razones: al menos 15, una por cada estado donde se renovará gubernatura.

Aunque no es lo único, en el citado consejo, pretenden aprobar candidaturas “externas”, y es ahí donde habrá un jaloneo más, nos cuentan, habrá una exigencia para frenar a su dirigente nacional a quien acusan de no solo imponer a los candidatos a la gubernatura ignorando encuestas y números reales, sino que ahora, ha dado la espalda a quienes lo apoyaron para llegar a la presidencia con la promesa de ser candidatos.

En suma, tras probar las mieles del poder, la ambición los corroe y no quieren dejar títere sin cabeza, ni repartir el pastel entre todas las expresiones de su partido. En ese partido, como lo ha dicho su líder moral, solo hay dos colores, “negro o blanco”, “estás conmigo o contra mí”, y bajo esas verdaderas máximas (más allá de aquellas de no mentir, no robar y no traicionar), se reparten las candidaturas.  

PUGNA MORENISTA CAPITALINA

A colación de las pugnas que se avecinan, aunque todavía no se abre la convocatoria ni los registros oficiales, decenas de aspirantes en municipios empezaron a entregar sus “cartas de intensión” para ser considerados como candidatos.

En la capital, por ejemplo, aparecen nombres de desconocidos, con ínfimas posibilidades de ser competitivos, o mandados por la virtual candidata a la gubernatura solamente para hacerle el juego sucio, hasta aquellos que en verdad han venido trabajando o traen experiencia política en la administración pública.

De quienes traen un pasado que los respalda aparece, por ejemplo, el siempre combativo Jorge Corichi, a quien recordamos por sembrar aquella semilla para democratizar los procesos internos en el PRI, en tiempos en que en ese partido estaba el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador o el fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas. 

También aparece el empresario deportivo Luis Antonio Herrera quien estuvo cerca del fallecido senador Joel Molina, talachando en el comité estatal de Morena, y después con la senadora Ana Lilia Rivera, amén de mantener una organización social con la que ha otorgado apoyos a los capitalinos, fondeados desde la iniciativa privada y no colgándose del erario.   

A la lista de quienes han oficializado su intención aparecen otros como Leticia Minor y Marvin Mora, más los que se acumulen en los próximos días.

En la incertidumbre se encuentra el caso de la diputada federal Claudia Pérez, de quien sabemos, intentan frenar, simplemente en un acto de revancha política al ser identificada por apoyar las aspiraciones a la gubernatura, en su momento, de Joel Molina, y después de Dulce Silva. Aún cuando aparece en el primer lugar de las encuestas, la línea es dejarla afuera a toda costa.