Por Fernando Tamayo

La partida del Senador y aspirante a la Gubernatura del Estado, Joel Molina Ramírez, es un lamentable suceso que obliga a la reflexión, no solo en el ámbito público, sino también en el privado.

En primera instancia debo señalar que “El Profe” como me refería a quien escribe desde nuestro primer encuentro en agosto de 2007, demostró siempre un respeto y consideración hacia un servidor, le agradezco siempre su animado saludo y reconocimiento absoluto. Su partida tomó por sorpresa a todos tanto en el nivel nacional como en el aspecto político local.

Lamentablemente su muerte solo evidencia que el regreso a la normalidad tras el Covid-19 está lejos de ser una realidad y que a pesar de que la efervescencia política comienza a tomar más relevancia no debemos perder de vista que estamos atravesando por una pandemia que obliga a todos a enfocar el proceso electoral desde otra perspectiva.

Y es que la labor del Senador de siempre atender a sus representantes en el Estado así como su labor parlamentaria dentro de la Cámara Alta permiten señalar que el riesgo de contagiarse era mucho más alto que el de la mayoría.

Sin embargo más allá de las conclusiones que pudiesen desprenderse de la muerte del legislador federal la realidad es que su partida genera un vacío no solo entre la sociedad tlaxcalteca que lo conocía y lo reconocía como un luchador social, sino también, con ese lamentable suceso es innegable que más de uno ya piensa en sucederlo en la dirigencia estatal de MORENA y ven en este mal golpe del destino una oportunidad para hacerse del poder de dicho instituto político.

Hoy la vida nos da cuenta que no somos más que simples mortales y que como en política nada, absolutamente nada está escrito. El rebrote por motivo del coronavirus es inminente y tragedias como las del Senador seguirán presentándose. Mientras no tengamos claro que la pandemia continúa vigente, cualquiera de nosotros, seguiremos en riesgo de ser susceptibles de formar parte de la estadística. Al tiempo.

Desde la barrera

El fallecimiento del “Profe Molina” no fue el único que se presentó este fin de semana, lo ocurrido al ex alcalde de Tlaxcala Benito Hernández Fernández tampoco puede pasarse de largo. A todos sus familiares mis respetos y condolencias.

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