Columna invitada

La más reciente encuesta de Massive Caller sobre la preferencia al Senado por Tlaxcala ha desatado justificadas dudas sobre la imparcialidad y precisión de esta casa encuestadora.

En un escenario donde otras encuestas muestran un empate técnico entre Anabell Ávalos y Rodrigo Cuahutle, Massive Caller sorprendentemente otorga una ventaja amplia poco creíble a la candidata del PRI-PAN-PRD, colocándola en segundo lugar.

Esta discrepancia es aún más cuestionable dado el crecimiento notable de Rodrigo Cuahutle, quien ha ganado terreno desde el inicio de su campaña y se encuentra en una posición competitiva. ¿Cómo puede una encuesta pasar por alto este hecho evidente?

Recordemos que Massive Caller ya ha demostrado su falta de fiabilidad en el pasado. Durante las elecciones de 2021 rumbo a la gubernatura, fue la única que pronosticó una victoria para Ávalos sobre Lorena Cuéllar, quien no solo ganó, sino que arrasó en las urnas. Este patrón de resultados erróneos plantea serias interrogantes sobre la metodología y la imparcialidad de esta casa encuestadora.

Además, resulta preocupante que en la capital se mida la preferencia entre Alfonso Sánchez García, candidato de Morena, y Blanca Águila, quien ni siquiera compite por esa posición. Esta falta de coherencia socava aún más la credibilidad de los resultados presentados por Massive Caller.

Con casi un mes de elección por delante, es evidente que nada está definido. Es fundamental que los ciudadanos no se dejen influenciar por encuestas dudosas y continúen evaluando las propuestas y trayectorias de los candidatos de manera crítica. La democracia merece un debate informado y transparente, no una manipulación sesgada de la opinión pública.

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