La nueva normalidad
19 de mayo - 2020

Por Fernando Tamayo

A escasos días de cumplir dos meses de la Jornada Nacional de Sana Distancia, dos son la interrogantes que aquejan al imaginario colectivo. La primera tiene que ver con el hecho de conocer la fecha exacta en la que el confinamiento social concluirá y la segunda con el hecho de saber el proceso a través del cual se logrará regresar a la “normalidad”.

Por lo que hace a la primera la fecha exacta aún resulta incierta, sobre todo, por que la información oficial no necesariamente corresponde con la real. Y es que derivado de informado por el propio gobierno, los casos exactos de contagio por Covid-19 en nuestro país se desconocen, además de que el tope máximo de la curva epidemiológica aún no se presenta. 

Según lo señalado por autoridades locales, para el caso de Tlaxcala, se prevé que esta semana sea la de mayor contagio, sin embargo, los datos son especulaciones dado que no existe evidencia suficiente que sustente tal afirmación. 

Aunada a la falta de información lo suficientemente contundente que permita conocer y entender el camino que seguirá la curva epidemiológica también debe tomarse en cuenta que gran parte de la población ya sea por escepticismo o bien por necesidad sigue realizando actividades fuera de su hogar haciendo caso omiso al llamado de “quédate en casa” que tanto autoridades estatales como federales decretaron en el mes de marzo. 

Por lo que hace a “la nueva normalidad” o al mecanismo a través del cual poco a poco se vuelva a reactivar la economía y la población regrese a realizar sus actividades normales aún quedan muchas interrogantes sobre la forma, el proceso y el mecanismo que permitirá a millones de mexicanos y tlaxcaltecas recobrar su vida cotidiana. Lo único cierto es que esta nueva realidad se sustentará en las enseñanzas o aprendizajes que se tengan de esta pandemia que sin duda marcará la historia y el rumbo del planeta.

Las normativas sanitarias, de convivencia y de desarrollo colectivo se verán afectadas, la vida diaria no será la misma que la de antaño, las actividades que hoy se consideran esenciales durante la contingencia deberán tener mayor importancia y por ende mayor peso en la cadena económica. Por supuesto, sin perder de vista la necesidad de replantear el modelo de salud y educativo de México. 

Hoy la pandemia dejará un sin fin de enseñanzas que permitirán por un lado valorar ciertas actividades económicas y por el otro marcar el rumbo de las verdaderas necesidades nacionales. Esperamos que pronto las distintas autoridades en los tres ordenes de gobierno entiendan que México y el mundo no será el mismo antes y después del Coronavirus y que el desarrollo nacional deberá atender precisamente aquello que esta pandemia nos dejará. De lo contrario una vez más tirarán a la basura la oportunidad que la vida les presenta para resolver de una buena vez los verdaderos problemas colectivos. Al tiempo.