¡Aunque usted no lo crea!
5 de febrero - 2019

Por Edgardo Cabrera

¿Alguien duda que en el poder judicial de Tlaxcala exista amiguismo, parcialidad, nepotismo y corrupción?, sí, ¡aunque usted no lo crea!, el presidente del TSJE, Héctor Maldonado Bonilla, asegura que esos señalamientos carecen de sustento.

Lo anterior, luego de que la bancada mayoritaria en el Congreso local incluyera en la agenda legislativa una serie de reformas para la eliminación de la corrupción y nepotismo que aseguran “existe”.

Y si bien en derecho debe aplicarse esa máxima de que “quien acusa, está obligado a probar”, en los hechos el magistrado quiere verle la cara de ingenuos a los ciudadanos, justiciables y medios de comunicación.

Penoso resulta que a la fecha, ninguno de quienes han pisado la presidencia del poder judicial de Tlaxcala hayan encontrado nada irregular y, por el contrario, se hagan de la vista gorda y dejen pasar con tal de no padecer de sobresaltos en sus encargos.

Sin embargo, barras de abogados y víctimas de la mala impartición de justicia no se cansan de señalar actos de corrupción.

Claro, para muchos resulta preferible hacerlos desde el anonimato y no presentar ninguna queja formal o denuncia penal en contra de magistrados, jueces y demás personal, por el simple hecho de temer que sus casos (en el caso de los justiciables) se les reviertan, o de revanchas en su labor cotidiana (en el caso de los litigantes).

Ante ello, ya veremos si realmente las reformas planteadas por los diputados atacan el problema o, como ha quedado demostrado desde que llegaron a la curul, todo se trata de una mera vacilada y de propuestas que se hacen sobre las rodillas y sin verdaderos fundamentos legales.

PREDICAR CON EL EJEMPLO

Expertos en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, ya veremos si los levantadedos Morenos predican con el ejemplo y empiezan por barrer su casa.

Por ejemplo, el recién instalado magistrado Fernando Bernal Salazar apareció entre los “notables” invitados al informe de labores legislativas de la senadora morenista Ana Lilia Rivera.

El simple hecho de acudir a un acto político, pone en duda la imparcialidad en la impartición de la justicia de este funcionario, amén de que no es la primera vez que muestra sus debilidades políticas, recordemos que en su momento fue candidato a diputado plurinominal local del Movimiento de Regeneración Nacional.

Otro caso más, es el nepotismo que se padece en el propio poder legislativo.

Desde su llegada los casos son numerosos de levantadedos que metieron a sus hermanos y parientes a la nómina con el cargo de asesores.

Ahí está plumita con sus hermanos, la misma que también trae como chofer a un policía del municipio que mal gobierna su padre; o el de Rafa torero que, como siempre, trae a su hermano bajo las enaguas.

Bueno, y ya que también plantean evaluación toxicológica, patrimonial, de entorno social, médico, psicométrico, psicológico y poligráfico a todos los funcionarios judiciales, también deberían hacer lo propio con ellos y sus lamebotas porque es evidente que más de uno los reprobaría.