Calientito
15 de junio - 2018

 

Por Edgardo Cabrera

Conforme se agota el plazo para hacer campañas y se acerca el día de la elección, los candidatos y sus equipos se ponen más nerviosos a tal grado que han empezado a multiplicarse el número de agresiones así como la fabricación de supuestos atentados.

El miércoles el abanderado de la coalición “Juntos Haremos Historia” en el distrito X, José María Méndez Salgado “Chema Méndez”, denunció mediáticamente que supuestamente habría sufrido un atentado con arma blanca por parte de un sujeto de nombre Francisco Gómez Briones conocido como “La Yegua.

Según el de Morena, cuando realizaba una caminata por el pueblo de la Cruz en Huamantla, el agresor lo intentó apuñalar pero “gracias a su equipo de campaña” el sujeto no logró su cometido.

Ayer jueves el equipo de campaña del abanderado del distrito XIII de la coalición del PRI-PVEM-PANAL-PS, Francisco Román Sánchez, denunció que su hermano Raúl fue agredido físicamente por un seguidor del Morena en el municipio de Zacatelco.

Tras el incidente fue detenido por policías Euracio R., presuntamente ligado con la campaña del candidato de Morena, Víctor Manuel Báez, y enviado ante la autoridad competente en busca de vincularlo a proceso.

Días antes, en un nuevo episodio de mitomanía de la campaña de la abandera de Morena en el distrito IX, acusó que fue panfleteada y, curiosamente, de nueva cuenta su papá, el alcalde petista de Tlaltelulco, evidenció las deficiencias de la seguridad pública a su cargo porque simplemente nadie fue detenido.

A los anteriores agregamos una serie de denuncias por la agresión contra la propaganda que seguramente se multiplicarán la próxima semana.

Lo más preocupante en todo estos asuntos, es que los hechos simplemente se han quedado en el terreno mediático porque hasta ayer por la noche la PGJE no contaba con ninguna denuncia formal y ratificada en contra de los probables responsables.

¿Entonces?

Estamos en el supuesto de meros casos de propaganda política sucia.

Anarquía

Al cierre de la semana llamó la atención las quejas que presentaron colonos de la capital ante el desorden y la anarquía con la que operan centros nocturnos, bares, discotecas, antros y hasta restaurantes con venta de bebidas embriagantes.

Resulta que se han pasado por el arco del triunfo cualquier limitación al horario de cierre y venta de bebidas embriagantes, por el contrario, la política es la de proveer alcohol hasta que los clientes ya no tengan dinero para pagar o, de plano, hasta que no puedan ingerir más.

Pero además, por medio de redes sociales los colonos denunciaron la venta de drogas al interior de varios establecimientos, de los cuales omitimos sus razones sociales por no presentar pruebas suficientes.

Lo que sí es cierto es que ante la falta de control de los propios dueños y personal de seguridad se han registrado desde batallas campales entre los clientes, hasta el uso de la vía pública como estacionamiento de doble fila o de plano como baño público y hasta motel, sin olvidar la contaminación por ruido.

La lista de los antros de los que se quejan es larga y lo más curioso es que son los mismos centros de diversión de siempre, esos que han burlado clausuras y sanciones de la autoridad año tras año y administración tras administración.

Veremos si en esta ocasión ahora sí le entran en serio al problema todos, desde el gobierno hasta los dueños. Por lo ocurrido en el pasado es evidente que la solución no es clausurarlos, sino entrarle de lleno a una regulación y control donde incluso se involucren a los padres de familia que toleran que sus hijos no tengan horarios ni límites.