Certidumbre
21 de diciembre - 2016

La entrega del Hospital de San Pablo del Monte a manos de Peña Nieto no es casual, manda una señal de certidumbre jurídica. El edil electo de Tequexquitla anunció un monumento al “toro bravo” en el municipio mas pobre del estado. Es de analizar seguir invirtiendo recursos públicos en una práctica que cada vez deja menos ganancias

Por Edgardo Cabrera

La presencia de Enrique Peña Nieto en San Pablo del Monte para la entrega del Hospital General no es casual ni producto de una ocurrencia, la inauguración por parte del presidente de la República manda un claro mensaje de certidumbre jurídica respecto al predio donde se ubica el nosocomio que comenzará a funcionar de forma inmediata.

Si bien los poblanos le han tratado de meter ruido al proyecto, reclamando la supuesta invasión de terrenos del vecino estado, queda claro que no tienen elementos jurídicos en su queja, de lo contrario, más que recurrir a los medios, desde hace mucho hubieran litigado el asunto en tribunales y hubiesen logrado un amparo para frenar la obra.

Ahora bien, los poblanos pierden de vista que en el hospital se invierten recursos federales de la Secretaría de Salud, por lo que además de reclamar al estado de Tlaxcala, tuvieron que proceder en contra de la dependencia cuyo jefe principal es Peña Nieto.

Recordemos que el propio Inegi le entró al tema para aclarar la delimitación territorial dándole la razón a Tlaxcala, pero además el gobierno estatal integró un amplio expediente que le requirió en su momento la SHCP para comprobar la ubicación del predio y así cumplir con la normatividad para acceder a recursos públicos.

No dudamos que al ver perdida su causa los de Cuautlancingo Puebla darán patadas de ahogado con claros fines políticos buscando generar un poco más de ruido.

Novateado

El alcalde electo de El Carmen Tequexquitla, Oscar Vélez Sánchez, fue novateado, al menos esa es la impresión que dejó ayer cuando con bombo y platillo anunciaron el proyecto para hacer de ese municipio la “puerta taurina” del oriente de Tlaxcala con la mera instalación de un monumento “al toro bravo”.

Vaya ocurrencia la del imberbe priísta, no sabemos si la idea es suya o de sus asesores –entre ellos el diputado electo tricolor, Arnulfo Arévalo– quienes, aprovechando los 26 años de edad del edil electo, lograron influenciarlo para presumir tal barbaridad.

Dice que la obra no le costará nada a la comuna gracias a la gestión de la comunidad taurina y del Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino, dependencia que, por cierto, aún no sabemos si continuará existiendo el próximo sexenio considerando la crisis que vive la fiesta brava.

Es de analizar seguir invirtiendo recursos públicos en una práctica que cada vez deja menos ganancias económicas para todos los involucrados y que tiene un creciente número de críticos.

Insensible

Regresando al caso de Tequexquitla, el monumento al toro es una burla para la población, la más pobre de todo el estado según la última evaluación del Coneval.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social da cuenta que 89.8 por ciento de la población de Tequexquitla vive en estado de pobreza, esto es 18 mil 641 habitantes, mientras que 19 mil 655 personas (el 94.7 por ciento) carecen de seguridad social.

20 mil 347 pobladores (que son el 98 por ciento) tienen al menos una carencia social, solamente 241 no son pobres ni vulnerables, es decir, apenas el 1.2 por ciento.

Seguramente Óscar Vélez Sánchez pertenece a ese 1.2 por ciento de la población en buenas condiciones económicas, es la única explicación que tendríamos para plantear un fantasioso proyecto turístico sin antes elaborar y presentar un diagnóstico y plan para atender a casi 90 por ciento de la población en pobreza.

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