Gritos y sombrerazos salieron a relucir ayer durante una encerrona entre diputados por el tema de cuentas públicas, al final fueron otorgados salvoconductos a los ediles con anomalías. Primero fueron las tristemente afamadas “cajas de ahorro” quienes defraudaron a miles de tlaxcaltecas ahora es la “flor de la abundancia” que cobró 150 víctimas en Chiautempan

Por Edgardo Cabrera

Gritos y sombrerazos salieron a relucir ayer durante una encerrona entre diputados miembros de la Junta de Coordinación y Concertación Política y sus homólogos de la Comisión de Finanzas y Fiscalización.

El asunto es que no convence a todos los legisladores la forma como dictaminaron las cuentas públicas luego de esas simuladas comparecencias que tuvieron los de Finanzas y Fiscalización con los entes fiscalizables.

Lo cierto es que tras esos opacos ejercicios realizados en el OFS fueron planchados acuerdos para burlar la fiscalización y tapar las anomalías que se encontraron en su momento.

La gota que derramó el vaso fueron los municipios de Tocatlán, Quilehtla y Coaxomulco que presentan irregularidades pero que, con todo y todo se propuso aprobarlas.

Luego de una acalorada discusión entre diputados NADA pasó, al final de cuentas el dictamen se mantuvo en el sentido positivo, así se llevó al Pleno donde únicamente se agregó una nota al margen, “aprobada con salvedades”, es decir, simplemente –como se dice coloquialmente- se le busca tapar el ojo al macho.

Y es que de todos es sabido que las “salvedades” son salvoconductos que se les otorgan a los alcaldes y representantes de entes para que libren las sanciones administrativas y hasta penales.

El resto del mes seguirá así la tendencia, entre aquellos diputados que quieren cobrar venganza a sus rivales políticos y los otros que defienden lo indefendible, sin embargo, al final del día, todo quedará en simples pataleos que no tirarán lo ya negociado.

Vivales

Primero fueron las tristemente afamadas “cajas de ahorro” quienes defraudaron a miles de tlaxcaltecas que depositaron su dinero con la esperanza de obtener ganancias por concepto de los intereses que les prometían como parte del rendimiento de su inversión.

Durante años estos negocios operaron al margen de la ley y no hubo poder que las regulara, proliferaron junto con los ilusos que metían ahí sus ahorros.

Al final colapsaron esas cajas, tanto las que manejaban grandes fortunas como aquellas que tenían su mercado en los más pobres del estado, el gobierno le tuvo que entrar y utilizar recursos públicos para rescatar un poco de lo que invirtieron los defraudados.

Ahora ha brotado una nueva forma de abusar de la buena fe y la ambición de aquellos que pretenden obtener ganancias económicas milagrosas, se trata de la “flor o el telar de la abundancia”, que no es más que un enredado sistema que promete a los incautos duplicar, triplicar o quintuplicar su inversión.

En Chiautempan 150 vecinos de San Bartolomé Cuahuixmatlac fueron timados por un conocido, les estafó, en conjunto, algo así como 3.6 millones de pesos luego de que invirtieran individualmente hasta 24 mil pesos con el sueño de obtener más de 190 mil pesos al final.

El asunto aquí es muy simple. No hay fórmulas mágicas para obtener -de la nada- una fortuna, ni las cajas de ahorro ni las “flores o telares” son milagrosos, quien así lo crea corre el riesgo de ser defraudado tarde que temprano.

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