A la Verónica: El regocijo morantista
24 de enero - 2016

Guadalupe_Posada

Por Gerardo Orta Aguilar.

Morante de la Puebla se reconcilió, de momento, con el público de La Plaza México. El domingo 17 de enero cuajó dos faenas de auténtico arte, sobre todo la ejecutada al segundo toro de su lote, de nombre Debutante, uno de los «teofilitos» que gustó a la afición.

¿Resta méritos que el arte haya brotado con toros de aspecto anovillado, por no decirles novillos? Quizá.

Muchas fueron las críticas a favor y en contra del ibérico que, al igual que su paisano Pablo Hermoso, se le ha acusado de imponer condiciones, torear el toro chico y cobrar millones por unas cuantas tardes.

Efectivamente los toros de la tarde anterior en La México fueron chicos, pero lo que hizo Morante con el capote y la muleta, ahí quedó.

El sábado en León, compartió cartel con El Brujo de Apizaco, y el hidrocálido Joselito Adame y también la bordó.

Morante logró que en ambos compromisos bajaran los duendes que lo habían traicionado en diversas plazas de México, como Aguascalientes, Guadalajara y la misma monumental de Insurgentes en la capital del país.

El español provocó sendas broncas en los tendidos debido a su apatía y sus brevedades frente al toro. El año pasado, prácticamente no le salió nada.

Su reconciliación con el público mexicano, siempre noble y olvidadizo, debería de ser acompañada de faenas a toros con edad.

Sin embargo, lo que siempre he pensado respecto al oficio torero, es que sólo ellos saben las que pasan frente a la bestia. Sea chico o sea grande, el miedo debe ser brutal y agotador. El mérito y el arte ahí quedan pero, ¿hasta cuándo un torero mexicano podrá imponer condiciones favorables para la fiesta?

Reglamento a rajatabla

La semana pasada advertíamos de las marrullerías del rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza en su paso por diversas plazas de toros mexicanas, las cuales son permitidas a cambio de llenar un coso taurino.

Resulta que el martes de la semana pasada, el juez de plaza en San Luis Potosí, suspendió hasta por un año al rejoneador español.

De acuerdo al escrito del juez Marcelo Lozano Castillo, el torero a caballo incurrió en una actitud insolente, falta de respeto a la institución y desacato a la autoridad y reglamento taurino.

Seguramente, el lector recordará que, en su oportunidad, el rejoneador ibérico, dijo que el reglamento potosino “se lo pasaba por los cojones”… esa frase cimbró a los círculos taurinos en México ¿pero qué paso? Nada.

Hasta ahora se sabe de la sanción emitida por el juez de plaza potosino, la cual se hizo vigente a partir del 20 de febrero de 2015, por lo que a finales del próximo mes, el torero español ya podría pisar la plaza de toros se San Luis Potosí.

Si en todas las plazas de toros se aplicara el reglamento a rajatabla, quizás se le regresaría a la fiesta mucha de la seriedad que ha perdido por culpa de las figuras españolas y algunas mexicanas, que han corrompido a la fiesta brava con trampas, argucias e imposiciones descaradas.

Pero estamos en un país en el que el rico adinerado hace lo que quiere, en este caso, el voraz empresario taurino siempre verá por llenar sus bolsillos, no importa que para ello se pisoteen los derechos de una afición cada vez más lejana del espectáculo taurino.

La cincuentona De Haro

Ya se habla en los mentideros taurinos del festejo del aniversario número 50 de la ganadería De Haro.

Sin definirse aún el cartel, ya se deshoja la margarita para enlistar a los toreros que matarán la corrida de Don Antonio De Haro González.

Tentativamente, se prevé el festejo para el 26 de marzo en la antiquísima plaza de toros Jorge Aguilar El Ranchero.