El método
2 de noviembre - 2015

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Tras la definición de la “convención de delegados” como método para elegir candidato del PRI a gobernador, no se descartan impugnaciones de algunos aspirantes que carecen de estructura al interior del consejo. Por cierto que Calva Lira, Xochipostequi Vázquez y López Sánchez reclamaron al delegado del CEN posiciones

Por Edgardo Cabrera

Este fin de semana, se llevó a cabo la sesión extraordinaria del Consejo Político Estatal del PRI para determinar el procedimiento para elegir candidatos a gobernador, diputados locales, presidentes municipales y de comunidad.

Y trascendió que la ex diputada federal Guadalupe Sánchez Santiago intentó, sin éxito, cabildear condiciones que le garantizaran posiciones en el partido, por lo que podría impugnar la sesión.

El asunto es que a la hora de la verdad, o mejor dicho, de las votaciones, la falta de estructura y trabajo al interior del consejo tricolor le impidieron imponer condiciones a un partido que, dicho sea de paso, es jerárquico, institucional y disciplinado.

Tras votar la “convención de delegados” como método para elegir candidato a gobernador, molesta decidió abandonar la sesión dado que ello no le favorece en sus aspiraciones.

Tal parece que su condición de hija de un ex gobernador al final no pesó entre los consejeros, y es que con el método aprobado el grupo que tenga mayor número de delegados impondrá candidatos y, para esta elección, todo indica que la moneda va del lado del marianismo.

Por otro lado, se supo que Noé Rodríguez Roldán y sus huestes acordaron una reunión con el delegado del CEN del PRI en Tlaxcala, Javier Michel. Al encuentro, que se habría celebrado en Puebla, no llegó el ex delegado de la Segob, pero su grupo sí que reclamó posiciones.

Entre ellos destaca Aristeo Calva Lira, Perfecto Xochipostequi Vázquez e Ignacio López Sánchez, cuya visión patrimonialista de los puestos aún pervive, así como su cuestionada reputación, lo que, sin duda, lejos de ayudarle a Noé le perjudica.

Calva Lira tiene un negro historial. No vayamos lejos. En el pasado sexenio, arregló que uno de sus hijos fuera nombrado notario público, en un procedimiento anómalo realizado en la pasada administración panista que terminó por ser cancelado.

En su segunda oportunidad de ser diputado local, fue presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política y estuvo al frente de la representación de la CNC en la entidad, y en ambos frentes se le señaló por su opacidad y el uso discrecional de sus facultades para beneficiarse.

La fama de Xochipostequi Vázquez también está ensombrecida por los excesos y las irregularidades. En el sexenio de Sánchez Anaya, fue acusado de solicitar dinero a cambio de sacar adelante las iniciativas de ley remitidas por el Ejecutivo, como integrante de la 57 Legislatura local.

También fue dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), periodo en que este sector vivió una de sus etapas más grises –junto con el de Calva Lira-, y tras su salida, también intentó imponer a su hijo como candidato a diputado local, y al no lograrlo se agregó como “líder campesino” al CAP para desde ahí intentar –sin éxito- posicionar a su descendiente.

El caso de López Sánchez es similar. Salió con el ex gobernador Héctor Ortiz del PRI, y en su sexenio fue titular de la Sefoa, donde la entrega de apoyos favoreció a los intermediarios, a los líderes de agrupaciones como parte de las “redes” creadas en dicha administración para darle a ésta soporte electoral, de ahí que su gestión también fue tachada de facciosa y asistencialista.

Como es evidente, no tienen nada para pedir y menos condicionar, precisamente por su actitud desleal, que además privilegia el provecho personal sobre el de “su partido” y, peor aún, sobre el de la propia ciudadanía, a la que utilizan de pretexto para el logro de sus fines mezquinos.

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