La anhelada corona de Nuestra Belleza para Tlaxcala quedó en sólo un sueño, luego de que el sábado la competidora de Aguascalientes se alzara con el titulo de la mujer más bella del país. Nos preguntamos, porqué los políticos no piden a los artistas evitar los guayabazos, el viernes Marín y Montero se ganaron el abucheo

Mr. Tlx

La anhelada corona de Nuestra Belleza para Tlaxcala quedó en sólo un sueño, luego de que el sábado la competidora de Aguascalientes se alzara con el título de la mujer más bella del país.

Si bien la nueva reina Wendolly Esparza es atractiva, la paisana tenía más simpatías entre los especialistas y cibernautas.

La de Tlaxcala, Samantha González Rubio sólo logró clasificar a las 15 semifinalistas tras obtener el “reconocimiento académico” que le concedieron los organizadores del certamen organizado por el consorcio de comunicación Televisa.

Conocido el resultado, realicé una encuesta entre mis corresponsales, enviados, asesores y amigos, quienes por unanimidad descalificaron el resultado tras comparar a las 2 competidoras.

Si bien Samantha no ganó, le auguramos un exitoso futuro en el terreno de la industria de la moda y la publicidad, seguramente será buscada para ser la imagen de algunas campañas, aclaro, NO POLÍTICAS.

Y el viernes fue inaugurada la feria de Tlaxcala con lo que el estado de ánimo de los capitalinos es festivo y ya huele a fin de año.

Como suele ocurrir, después de este fin de semana –cuando recordamos a nuestros difuntos- el ambiente prenavideño invadirá las casas y calles, en los centros comerciales ya vemos, escuchamos y olemos todo lo relacionado con la temporada.

Pero regresando al tema de la feria, en el primer día de palenque me llamó la atención la información difundida por mi editor en jefe en su columna El Circo.

La presencia de Mario Marín no pasó inadvertida para la totalidad de los asistentes.

Gracias a Pablo Montero todos se enteraron que el gober precioso estaba en el lugar, las mentadas de madre no se hicieron esperar.

El cantante lo saludó y no solo eso, pidió al respetable que le brindaran un aplauso, jajaja, la respuesta fue el abucheo.

Y es cuando nos preguntamos, por qué los políticos no piden a los representantes de los artistas evitar esa clase de guayabazos, lejos de ayudarles les producen el efecto contrario.

Lo mismo ocurre en corridas de toros, cuando los matadores les brindan su actuación a políticos, o en otro tipo de espectáculos a los que asiste la población con el único afán de divertirse.

Nos leemos la próxima semana