15 de agosto - 2014
Huamantla | Redacción.- Huamantla se encuentra entre los pueblos mágicos más visitados del país por sus numerosos atractivos culturales, naturales así como rico en historia como en tradiciones., Si algo caracteriza a Huamantla es su carácter festivo, por la tradicional “Noche que nadie duerme” en honor a la Virgen de la Caridad. En esta ocasión no fue la excepción miles de fieles, visitantes de todas las latitudes se dieron cita en el único pueblo mágico del estado.
A base de materiales como arenas pintadas, aserrín, variedad de flores, vidrio cortado, metales, luces entre otros; las calles se vistieron de gala con hermosos tapetes florales elaborados con fervor por las manos de los artesanos Huamantlecos en honor La Virgen de la Caridad, la patrona del pueblo.
Dichos tapetes enaltecieron los más de 7 kilómetros, los cuales fueron recorridos y admirados por miles de personas tanto de la región como visitantes nacionales y extranjeros.
La confección de estos tapetes es un verdadero espectáculo para el público desde que dan inicio. Las calles fueron cerradas a la circulación, y colocar floreros, lámparas y festones de colores para aumentar la elegancia del decorado por donde más tarde pasó la procesión con la imagen de la Virgen de la Caridad a bordo de su carro alegórico. La belleza de estas obras termina una vez que pasó la multitud sobre ellas siguiendo el paso de la Virgen.
Ésta celebración es internacionalmente conocida debido al gran colorido que la ha caracterizado, desde que cobró fama y trascendencia por la devoción por la advocación de la Virgen de la Asunción que el pueblo después tituló con el nombre de Virgen de la Caridad, puesto que salía a las plazas de la ciudad para que la gente depositara de forma caritativa víveres y alimentos ante ella para entregarlos a los que lo necesitaban.
Al filo de la media noche se llevó a cabo la misa en honor a la Virgen de la Caridad, posteriormente, fue bajada de su altar para iniciar su procesión y así recorrer las calles de la ciudad en un carro alegórico, el cual fue custodiado por una valla de niñas y jóvenes vestidas con el tradicional traje indígena que enmarcon el paso de la Virgen , que a su vez fue acompañada por los fieles feligreses que motivados por su fe o para cumplir alguna manda acompañaron a la Virgen en su recorrido pasando por las calles previamente tapizadas con estos hermosos tapetes.
Al finalizar la procesión, la imagen de la Virgen, regresó nuevamente a su santuario en el cual los fieles entonaron las mañanitas, estallaron los aplausos de los asistentes, y posteriormente se celebró una misa en el atrio de la basílica donde varias bandas musicales entonaron piezas musicales y se realizaron diversas representaciones de bailes típicos de la región. Fue así como un año más la tradición, la fe y la magia hicieron de esta nueva edición de la “Noche que nadie duerme” una experiencia única y cada año diferente.