Patio de Cuadrillas
10 de agosto - 2014

gerardo_toros

Por Gerardo Orta

Afuera de la plaza el público expectante y con el calor a tope, ya espera la llegada de los toreros, vestidos de luces, siempre elegantes, con garbo, juncales.

Faltan sólo quince minutos para que suene el clarín que anuncia la apertura del festejo, al abrirse el portón de cuadrillas.

Los aficionados ya hacen fila para entrar a la plaza. Adentro, quienes ya pisan el cemento caliente de sus localidades, comienzan a acomodarse.

Mientras, en el patio de cuadrillas inicia el arribo de los toreros.

Cada uno custodiado por su gente de confianza, un banderillero, un picador, y los peones de brega. También va su mozo de espadas, y su apoderado.

Uno que otro colado, desfila junto al torero, “capitalistas” los llaman en España.

Los saludos comienzan entre toreros, el ambiente es inmejorable, la plaza se está llenando.

En el túnel, húmedo y frío, los toreros comienza a concentrarse, a liarse con el capote de paseo, la seda los vestirá para el paseíllo multicolor.

Entre cafés tabaco, azules turquesa, y rojo en tonos grana, el desfile comienza en el patio de cuadrillas.

Los picadores, montados en sus jacas, se ajustan la mona, se calan el castoreño.

El murmullo de la asamblea reunida en la plaza, cimbra los corazones de los toreros, conmueve las fibras más hondas del alma. Al final, saldrán a jugarse la vida.

Las cuatro de la tarde ya marca el reloj de la plaza. El juez ordena abrir la puerta de cuadrillas, el aguacil ya tiene en sus manos la divisa azul y blanco de la ganadería.

El nervio para los toreros aumenta. Ya tienen puesta la seda para lucirla en el paseíllo. Se conjuga la suerte con lo divino, es un ambiente, a la vez, profano el de los toros.

¡Que haya suerte señores! Desea el juez de callejón. Se abre el portón rojo, pesado. La expectación en el tendido es superior. Los toreros ya van a salir…

Protección animal  

El jueves pasado en el Congreso del Estado de Tlaxcala, dos diputados presentaron una iniciativa en la que busca proteger la vida de los animales que se exhiben en espectáculos circenses.

En el artículo 29 de la Ley de Protección a los Animales para el Estado de Tlaxcala, los diputados propusieron el siguiente texto: “Las autoridades previstas en esta ley, no deberán autorizar espectáculos circenses públicos o privados en los cuales se utilicen animales vivos sea cual sea su especie, con fines de explotación, exposición, exhibición y/o participación; así como aquellos en los que se realicen peleas de animales o en los que se maltrate a los mismos.”

El público taurino podrá estar tranquilo, pues de aprobarse la iniciativa en Tlaxcala, ésta apartó de la medida a las corridas de toros, peleas de gallos, charreadas y jaripeos.

A diferencia de otras entidades del país en donde el tema particular de las corridas de toros ha sido visto como bandera política, en Tlaxcala se está respetándola historia, cultura y tradición de la fiesta, pues de hecho, ésta es inherente a las tradiciones populares locales, costumbre traída por España, en primer lugar a este estado en la época de la conquista.

El taurino valora como nadie la vida animal, la preserva, y la defiende.

Contrario a lo que muchos piensan, el público taurino es amplio promotor de los derechos animales, no sólo del toro bravo, especie destinada a la pelea, a la lucha en el ruedo, de lo contrario los de su estirpe desaparecerían.

De aprobarse la propuesta, se daría un paso importante para la protección de los animales utilizados en espectáculos circenses. También habrá que dar cabida, al cuidado de animales en posesión de particulares.