Por Gerardo Orta

Son las tres de la tarde. Falta una hora para el festejo.

Los vendedores de artesanía taurina y los puestos de comida inundan los terrenos aledaños a la plaza de toros. Las garnachas, tortas, cemitas, tacos y cervezas, el menú de cada tarde de toros.

Siembre hay ambiente en la plaza, cuando hay corrida. El sol aprieta, la sed aumenta.

Las manos comienzan a sudar, las piernas se vuelven de plomo. Allá en el patio de cuadrillas, suenan los cascos de los caballos de picar, los peones realizan su callada labor, limpian los petos, los montan al caballo que recibirá la violenta embestida del toro.

Aquí huele a puro. Se conjugan los olores. La espuma de la cerveza inunda las gargantas de los porristas que buscan matar el nervio que provoca entrar a la plaza, antes de ocupar sus barreras de sol, el tendido o el departamento general, la bendita zona de sol, donde cuentan, se sientan los que saben de toros.

Las gachis, guapas, comienzan a desfilar, a partir plaza. Algunas más que otras, pero como quiera, una mujer en los toros es superior.

La tertulia previa en el bar, siempre de toros, se escuchan las anécdotas de los aficionados entendidos de la fiesta. Comparten recuerdos de las tardes de Manolo Martínez, de la personalidad de David Silveti, de los faenones de Jorge Gutiérrez, y las hazañas de Valente Arellano.

Los cuadros que replican las pinturas de Carlos Ruano adornan el lugar. Por allá, una par de banderillas viejas, azul y blanco, y una polvosa y disecada cabeza de toro.

Afuera, se escuchan las primeras notas musicales de la banda sinfónica. En er mundo, comienza a calentar la tarde…

Reglamento

Hace unos días se anunció la implementación de un reglamento para la tradicional Huamantlada en su edición 2014.

La propuesta es positiva, pues por fin se observan buenas intenciones por regular uno de los eventos más peligrosos para los espectadores, ya que hay quienes acuden a la capea sin la plena conciencia de lo que es un toro bravo.

Es de reconocer el interés que las autoridades plasmaron en la aprobación del reglamento, que entre otras cosas, incluye la presencia de un juez en cada uno de los circuitos donde se liberan los toros.

También se implementará un registro previo de aquellos que accedan al encierro en calidad de «mozos».

Habrá que observar además, si es que la venta de alcohol será regulada, pues el famoso encierro huamantleco ha sido reconocido de forma negativa como la cantina más grande del país en época de feria.

Nunca he sido partidario de eventos en los que se le insulta al toro bravo, el alma de la fiesta, no obstante, considero que medidas como esta permiten que se le aporte un poco de seriedad a un espectáculo que dista mucho de ser un festejo taurino formal organizado.

Desfile de burladero

El próximo viernes ocho de agosto a las ocho de la noche, se llevará a cabo la tradicional “Noche del Burladero” allá en Huamantla, este año tendrá un concepto propiamente taurino, según lo anunciaron las autoridades de la feria 2014.

Cada año el desfile nocturno muestra detalles de la fiesta brava, pero en esta edición habrá mayor difusión de la cultura taurina la noche del próximo viernes.

Fue precisamente el actual alcalde de Huamantla, Alejandro Aguilar López, quien inició hace unos años con la noche de agasajo que representa la del burladero.

Éxito a los organizadores.