26 de mayo - 2014
Por Fernando Tamayo
En días pasados el bulliying en México alcanzó estándares jamás vistos en un país caracterizado por otro tipo de problemas. Lo ocurrido en Ciudad Victoria, Tamaulipas con el menor Héctor Alejandro Méndez Ramírez, quien falleció a los 12 años de edad derivado de los golpes que cuatro de sus compañeros le propinaron, es un acto que obliga tanto al gobierno federal como a los respectivos locales y municipales a voltear la mirada a un problema que requiere atención inmediata por parte de las autoridades.
El acoso escolar, también denominado Bullying, concepto que proviene de la palabra Bull que significa embestir, comenzó a estudiarse en Noruega a partir del aumento en el suicidio de jóvenes en los años setenta, cuyo común denominador fue ser víctimas de agresión física y emocional de parte de sus compañeros de escuela.
Para el caso de nuestro país este tema hasta hace muy poco era considerado normal, incluso, basta ver en los distintos medios de comunicación existentes; la respuesta que el Director de la Secundaria -donde el joven fallecido estudiaba- brindo a su madre. Dicha autoridad educativa se limitó a señalar que no era más que un “juego”.
Esta problemática no ha sido abordada de manera formal, el primer antecedente de cifras relativas al maltrato escolar son las que se encuentran en las consultas juveniles e infantiles realizadas por el extinto Instituto Federal Electoral de los años 2000 y 2003.
En la década pasada sólo el 32% de los menores de 15 años afirmaron ser víctimas de maltrato en la escuela, el 15% afirmó ser insultado y el 13% dijo ser golpeado por sus compañeros.
Actualmente, y de acuerdo a cifras de la UNAM y el Politécnico Nacional, de los más de 26 mil alumnos que hay en el nivel básico, entre el 60 y 70% ha sufrido de violencia en sus instituciones educativas. Frente a tal situación, nuestro país ocupa el primer lugar internacional de casos de bullying de acuerdo a un estudio realizado por la OCDE. Aunque lo grave de las cifras redunda en el hecho de que el suicidio entre menores de edad, de 5 a 13 años principalmente, ha ido en aumento ya que los menores ya no solamente son humillados y maltratados en las aulas, sino además, en las llamadas redes sociales.
Frente a lo contundente de las cifras las autoridades así como los distintos órdenes de gobierno se han visto incapaces para atender y reducir este problema, tan sólo en el Congreso de la Unión al menos tres iniciativas contra el bullying se encuentran “atoradas”, dos desde hace más de un año.
En el ámbito local, la problemática es similar al entorno nacional. De acuerdo a datos dados a conocer por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, señalan que más del 87% de los alumnos de educación básica en Tlaxcala han sufrido este tipo de acoso.
Pese a que en la Entidad se han establecido programas para atender éste fenómeno, es urgente determinar con claridad políticas públicas que permiten que los niveles del bullying en México y Tlaxcala disminuyan como ha ocurrido en otros país, principalmente los europeos, que mediante el establecimiento de programas donde participan autoridades, maestros y padres de familia el problema es menor que en décadas pasadas. Esperemos que pronto se dé a conocer un Programa integral tendiente a disminuir e incluso erradicar este cáncer que es latente en la mayoría de las escuelas del país. Al tiempo.
Desde la barrera
El fin de semana se dio a conocer por su propio creador, que el Subcomandante Marcos dejaría de existir. Marcos que fue el icono principal del EZLN en los años 90, se convirtió en la imagen viva de la lucha indígena no sólo en México sino en el Extranjero. Al respecto no resta más que decir. ¡Hasta siempre Comandante!
www.miradasdetalante.blogspot.com
twitter.com/fernandotmy
