Por Alfredo González 

La contingencia suma su segunda semana en Tlaxcala y el escenario nacional no luce nada positivo, la fase II fue activada a regañadientes por el gobierno federal luego de su estúpida cantaleta de «no pasa nada», hasta que llegó la OMS a corregirle la plana al presidente para que al fin tomara en serio la emergente situación…no en balde los muertos se cuentan en decenas de miles, y México ya inició con los primeros fallecidos.

Las medidas y previsiones por ningún motivo deben relajarse, al contrario, se hace imperioso endurecer la cuarentena por aquellos idiotas que aún quieren vacacionar en playas y atractivos turísticos ignorando el riesgo…pobres diablos. 

No es para menos observar que las labores y la vida cotidiana se paralizan en últimos días, pues si bien en Tlaxcala no tenemos la urgencia de decenas de casos como en otros estados, es más, no hay ninguno hasta hoy, son más que necesarias la precisiones y precauciones que se han tomado como la suspensión de clases, la ausencia de adultos mayores por las calles e incluso, la parálisis parcial de dependencias, organismos comercios y bares.

Pero como ya es costumbre, no podían faltar los inconscientes que se pasan por la entrepierna las recomendaciones e ignoran el riesgo para la sociedad y ellos mismos, pues aún y con lo parias que pudieran llegar a ser algunos, se les ve congregando a parroquianos a misa, a una absurda Cuaresma en tiempos de apremio…total, no sería la primera vez que a la iglesia católica le valga la pérdida de vidas humanas.

Resulta incomprensible la necedad y ambición de párrocos que aún se empeñan en celebrar misas para pasar la charola de las limosnas, para cobrar por la homilía…total, como dicen, la fe es el negocio más rentable de la humanidad.

¿Será acaso que alguien se haya salvado o curado del COVID-19 por ir a misa?, o es que a los feligreses no les entra en la cabeza que los sacerdotes se cuentan entre los nada milagrosos muertos de Italia, España y otros lares.

Sería una excelente idea que los «guías» espirituales realmente comenzaran a preocuparse por el prójimo, a contribuir a que las personas no salgan de la seguridad de sus hogares… ¿o es que acaso no se inventaron las limosnas por tarjeta bancaria desde sus misas por Facebook?, parece ser que hasta para lucrar con la tecnología se vieron lentos.

Trasfondo 

Cuentan por ahí que más allá de una negativa mezquina de la presidencia de comunidad respecto a los bailes populares en el necio San José Aztatla, pues además de un contrato que alegaban no se podía romper, existe dolo, malicia y premeditación en afectar a un tibio alcalde que poco le interesa ejercer un acto de autoridad para prevenir los riesgos a la población, pues eso de ser presidente era mero capricho del empresario para ver qué se sentía.

Dicen por ahí que el jolgorio del baile se planeaba así, para dejar mal parado al municipio y compañía, dejando de lado de manera mezquina el que los contagios de COVID-19 pudieran estar a la orden del día… una verdadera estupidez perversa de ser así los facciosos fines del baile.

Sea cual sea la novela, Contla volvió a ser referente nacional de la estupidez e imprudencia, de cómo la población se puede hundir más en su miseria social…esforzándose por irse al carajo de manera apresurada.

Estrategia 

Con todo el descontrol por la pandemia los negocios locales, nacionales e internacionales comienzan a irse a pique con las pérdidas por los cierres y pagos, pues si bien es verdad que miles se quedaron  sin poder trabajar con la cuarentena, los empresarios y otros empleados sufren severas pérdidas que podrían causar un debacle financiero del país en los próximos meses.

Si, ya sé que todos se preocupan solo por su quincena y dejan de vislumbrar más allá los daños económicos a los negocios, pero, cientos de miles por no decir millones comienzan a irse a la quiebra en el país por esta situación, y sí, idiotas y chairos, que para el caso casi siempre es lo mismo, ladrarán mil cosas del capitalismo y cómo acabar con ello.

Sin embargo, el colapso de los negocios y empresas conlleva repercusiones más allá de sus cortos cerebros, pues en pocas palabras el país pierde, pierde la economía, y el dinero de las familias vale cada vez menos, así de simple de explicar…si no hay empresas y negocios, ¿dónde carajo trabajará la gente?, dudo que todas las becas alcancen.

El país requiere de un cambio drástico y urgente de la política económica antes de que todo se vaya por el caño, lugar donde justo ahora se encuentra enfilado….y desde hace un año igual, pero, requiere que la federación otorgue certeza a los mercados y busque cómo revertir la caída de los precios del petróleo…por que no es que bajara la gasolina… se devaluó nuestro petróleo.

A como van las cosas, el país seguirá dando palos de ciego y aspirinas para atacar un cáncer, un presidente que le juega al ensarapado y al chistoso que ha provocado que nuestro país sea una burla mundial por sus idioteces.