Por Edgardo Cabrera

Dicen los diputados que a más tardar el viernes saldrá el presupuesto de egresos 2020 sin mayores sobresaltos, no pasará como el año anterior cuando el Ejecutivo se los vetó al detectar una serie de cambios injustificados.

Aunque del dicho al hecho todo puede pasar, por lo pronto nos enteramos que sí hubo tijera al documento entregado por el gobernador Marco Mena de donde destacan fuertes ajustes al rubro de justicia y turismo, en contraparte habrá modificaciones favorables en campo y obras públicas.

Y su votación unánime depende (por eso digo que todo puede pasar) del Fondo de Acciones e Infraestructura creado por los legisladores en 2018 y aplicado este 2019, así como del Fondo de Apoyo para el Campo.

Resulta que el planteamiento es desaparecer el Fondo del Campo, pero no así la partida de 154. 5 millones de pesos, dicho recurso se enviaría al de Acciones e Infraestructura que este año ejerció 250 millones de pesos. 

Pero no solamente eso, en la propuesta de los legisladores se plantea un incremento a estos 404.5 mdp para llegar a los casi 500 mdp y así cada uno de los 25 inquilinos del Palacio Legislativo puedan etiquetar 20 mdp al municipio que la plazca. 

En cuanto al campo, “para no desprotegerlo”, proponen una bolsa adicional al presupuesto de Sefoa por más de 150 millones de pesos, pero para ejercer dichos recursos pretenden que los legisladores locales, y hasta la senadora morenista Ana Lilia Rivera, lleven mano para etiquetar los recursos adicionales para proyectos que traen trabajados. 

Con dicha maniobra el Congreso local evitaría los problemas que enfrentaron este año en cuanto a dicho fondo ya que las quejas fueron constantes por el desconocimiento del sector y las demandas de organizaciones campesinas.

INCONFORMES

Al interior del legislativo no todos están de acuerdo, por ejemplo el coordinador del grupo parlamentario del PAN, Milton López insiste en su planteamiento de legislar para establecer reglas claras y transparentes en el fondo “moches”.

Incluso, otra vez ha dicho que no le entrará, de hecho sería el único porque los otros 24 legisladores –nos dicen- ya dieron el sí.

Otra que tampoco no está muy de acuerdo es la petista Michael Brito, ya que fue de las pocas que le sacó buenos dividendos clientelares el fondo del Campo, incluso ya tenía preparada su clientela para echarlos en la bolsa para su suspiración por la alcaldía, ahora tendría que irse a formar a la Sefoa y eso no le gusta.

FISCALIZACIÓN A MEDIAS

A colación del Congreso, la diputada perredista Laura Flores Lozano pegó el grito en el cielo y aseguró que la nueva Ley de Fiscalización es una vacilada ya que lo único novedoso es que le restan facultades a los legisladores y le dan más poder a la auditora Isabel Maldonado.

No solo eso, aseguró que podría ser impugnable ya que se excede en sus atribuciones al transgredir el marco federal en la materia en rubros que tienen que ver con la revisión de los entes fiscalizables donde se mantiene la práctica de supervisiones “por sorteo”.

Y si bien la mayoría aplaudió la reforma, al considerarla de avanzada, en los hechos pareciera que de fondo no hay nada nuevo, particularmente para implementar una modernización digital que reste la posibilidad de la corrupción y que la fiscalización se realice en tiempo real, tal y como lo hace desde hace varios años el SAT con los contribuyentes.