La suerte está echada
30 de octubre - 2018

Por Fernando Tamayo

Andrés Manuel López Obrador es un Presidente que sin duda pasará a la historia. Su arribo al poder tras más de una década de intensa campaña para ocupar el cargo político más importante del país se logró a través de una victoria contundente que reflejaba el hartazgo ciudadano aunado a un alto grado de popularidad.

Lamentablemente, en fechas subsecuentes y a poco más de un mes de entrar en funciones, el nuevo régimen, aquel que se autonombra el de la “cuarta transformación” ha generado más dudas que las que ya tenían consigo los mexicanos.

La oportunidad histórica y el mandato otorgado por una mayoría arrolladora de ciudadanos que confiaron en este caudillo postmoderno del siglo XXI, viene desmoronándose de una forma directamente proporcional al alza de las gasolinas, al papelazo que están realizando los legisladores tanto locales como federales de su partido y de sus aliados.

En suma el régimen del llamado “cambio verdadero” ha comenzado a marcar su propio camino, nada parecido al planteado en campaña. La gota que derramo el vaso y que parece se convertirá en el sello del lopezobradurismo, será la determinación de cancelar la construcción del NAIM.

Y es que con dicha determinación AMLO no solo da marcha atrás a un proyecto de infraestructura, sino además, genera consigo un mensaje nada alentador para la emergente economía mexicana. El nuevo gobierno, la cuarta trasformación, el cambio verdadero, parece retrotraernos al viejo México, sí aquel de los años setenta u ochenta, donde México, el Gobierno, el Poder y el Estado se aglomeraban en torno a un jefe máximo.

La dictadura perfecta, parece estar de vuelta en nuestro país, más moderna y remasterizada adaptada a los tiempos modernos y a los nuevos mecanismos de participación y comunicación social. La consulta “ciudadana” de cuarta realizada sobre el NAIM da cuenta que este país se parece más al México del siglo pasado, que al de la Economía emergente que observaban los mercados internacionales.

De esta manera comienza el ciclo de AMLO al frente de la República con una trágica decisión que marcará no solo el destino de su administración, sino además el de todos los mexicanos. No se trata de pesimismo o de no congeniar con la decisión tomada, se trata de observar las consecuencias directas e indirectas del hasta ahora llamado “error de octubre”.  Al tiempo.

Desde la barrera

Y si la determinación en torno al NAIM no resultara ya suficiente, se dio a conocer que Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, será uno de los invitados que presencie la toma de protesta del mandatario mexicano. Si bien es cierto debemos ser respetuosos con el resto de las naciones del mundo, también es innegable que su presencia resulta lamentable para la mayoría de mexicanos quienes observamos como el populismo, la retórica de cuarta y la mala toma de decisiones sociales, políticas y económicas pueden destruir a una nación con amplios horizontes de desarrollo.

Esperemos que ahora que Maduro se encuentre en México, AMLO o sus asesores se tomen el tiempo para conocer de viva voz la serie de acciones que un mandatario debe evitar para que su país se vaya a la quiebra. Esperemos que el Presidente venezolano este en el ánimo de compartir sus malas prácticas y el gobierno de la cuarta transformación de ser receptivo y tomar nota.

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