Por Fernando Tamayo

La llamada cuarta transformación de la que tanto ha hablado Andrés Manuel López Obrador comenzó al instaurarse las legislaturas estatales y el Congreso de la Unión, caracterizados por contar con una amplia mayoría MORENA. Sin embargo, las primeras acciones contrarrestan la autoridad republicana y nada tiene que ver con la revolución moral de la que el Presidente Electo ha presumido como característica principal de su mandato.

Aunque algunos defensores del tabasqueño señalen que él todavía no toma posesión del cargo como titular del Ejecutivo, es innegable, que su liderazgo ideológico al interior de su partido político y para con sus militantes y simpatizantes resulta lo suficientemente poderoso como para que a pesar de no estar aun en funciones influencie notablemente el actuar de los legisladores.

Y es que tanto en el Congreso federal como en el caso de Tlaxcala los legisladores han evidenciado que eso del no mentir, el no robar y el no traicionar lo respetan pero no lo comparten, y que su actuar no es nada diferente a los de la antigua clase política que tanto criticaron.

En el plano del Congreso Local las disputas entre los integrantes de MORENA son una constante desde su toma de protesta. Los legisladores morenos han demostrado que en estas primeras semanas están más preocupados por saber que cuota o “cartera” política les tocará más que estar preocupados por seguir la agenda política que tanto pregona su partido político.

La guerra interna por las Comisiones “importantes” del Poder Legislativo Local ha provocado un impasse parlamentario que da como resultado que en estos primeros 15 días del nuevo Congreso las esperanzas expresadas el 1 de julio por miles de tlaxcaltecas en las urnas queden más en una decepción que en una realidad.

Hoy, por el bien de Tlaxcala y los tlaxcaltecas se espera que los legisladores tlaxcaltecas dejen atrás sus protagonismos inmaduros y entiendan que la función de legislar, fiscalizar y gestionar no es peccata minuta   por lo que deben, si realmente quieren cumplir las expectativas que ellos mismos generaron, privilegiar el interés mayoritario que el propio. Se espera que los representantes del MORENA en el Congreso se pongan a trabajar, presenten su agenda que debe incluir temas como la eliminación de prerrogativas, elementos que fomenten la transparencia y rendición de cuentas comenzando por el “obscuro” Comité de Administración y dar cuenta de su salario real, evitar la opulencia y conducirse con austeridad desde su propia conducta. De lo contrario de nada servirá los intentos de modificar el marco normativo.

El problema del sistema político mexicano y tlaxcalteca no es propio del marco normativo, ni mucho menos de que sea un partido u otro el que encabece el gobierno y tenga mayorías legislativas, la problemática más aguda es que en este país existe respeto nulo de las normas, concretamente a nadie o al menos a muy pocos les importa cumplir y hacer cumplir la ley. El ejemplo de cumplimiento al marco normativo debe comenzar precisamente por los representantes populares. Al tiempo.

Desde la barrera

En eso del cumplimiento a la ley y el problema de impunidad por el que atravesamos como sociedad, el fin de semana en el “municipio Sarapero” se suscitó una riña en un Bar de dicha comuna, dando como resultado una persona fallecida por arma de fuego. Lo curioso es que ni el alcalde, ni el Ayuntamiento en su conjunto se han manifestado al respecto. ¿Qué pasa en Santa Ana Chiautempan? ¿Por qué el alcalde está más preocupado por atender disputas con otros municipios que el gobernar su comuna?

www.miradasdetalante.blogspot.com

fernandotmy@gmail.com

twitter.com/fernandotmy