Confucio… Y la confusión
24 de noviembre - 2017

Por José Luis Ahuactzin

El suceso ocurrido en el 2009, en pleno concurso para convertirse en miss Panamá, Giosue Cozzarelli, firmemente aseguró que, «Confucio creó la confusión… El ser chino-japonés de lo más antiguo…», reencarna en el priísta de Chiautempan, Héctor Domínguez, aunque con la diferencia que éste último es presidente municipal.

La confusión resulta gravosa, pues al ser entrevistado por reporteros el edil cometió tremendo error al señalar que el despido de algunos funcionarios, entre ellos el contralor, y quienes fungían como directores de turismo, del deporte, y juventud, fue porque simplemente no dieron resultados.

La administración pública no se trata de chambarete y bistecs, sino de la aplicación de mecanismos de Control de Gestión, como lo señala el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, con armonización en la autonomía municipal.

Luego entonces, la administración en cualquier municipio contempla una Contraloría Municipal o en su defecto órganos responsables del Control de la gestión municipal, encargados de inspeccionar el cumplimiento de las obligaciones del resto de las áreas, detectar sus errores y solucionarlos, y por si fuera poco, el contralor vigila el cumplimiento a planes y programas de trabajo.

El munícipe sabrá, o alguien de sus «asesores», que para ser un buen gobierno municipal requiere de un Control jurídico, contable y administrativo, así como un Control de avance físico y financiero.

Y sí lo saben, ¿Por qué no hay un desarrollo?

Es decir, que el propio presidente municipal evidenció no sólo su ignorancia sino que admitió que su administración está completamente de cabeza, por la calle de la amargura y, simplemente, él mismo no da resultados.

Eso sí, se aventó la puntada de decir que habrá una «evaluación» a las áreas que integran la administración municipal, y si no dan resultados habrá limpia.

Él debería ser el primero en salir del puesto, poner el ejemplo y admitir que le quedó grande el cargo y dedicarse a su negocio familiar.

Esto me recuerda el dicho: a la cama no te irás sin saber una cosa más…