Marco y la Iglesia
16 de octubre - 2017

Por Edgardo Cabrera

A colación de la santificación de los Niños Mártires de Tlaxcala, es evidente que se han limado asperezas y que la relación entre el Estado y la Iglesia Católica entró en una nueva dinámica.

Recordemos que durante el sexenio pasado Mariano González Zarur se peleó con el entonces obispo Francisco Moreno Barrón luego de que el ejecutivo se negara a ser mediador en la demanda de la Diócesis por el control de todo el ex convento de San Francisco, que está en manos del INAH, previendo establecer un gran santuario para los Mártires.

Siguieron más desencuentros a lo largo de su administración, lo que derivó en procesiones convertidas en marchas de protesta, la injerencia de Francisco Moreno en los procesos electorales y hasta manifestaciones en contra de reformas legales para ampliar en la legislación local las causales para permitir el aborto.

Las diferencias derivaron en el distanciamiento entre iglesia-estado.

Ahora, ya sin Francisco Moreno ni Mariano González, es evidente la reconstrucción de la relación de cordialidad entre estado-iglesia gracias a la disposición de Marco Mena y el nuevo obispo Julio César Salcedo, motivada por la santificación de los Mártires pero también por la tragedia, tras el daño estructural a más de un centenar de templos tras el sismo del pasado 19 de septiembre.

Palomeado

Luego de cabildearlo por varias semanas, Carlos Carreón logró que finalmente el Consejo Estatal aprobara ir en alianza con otros partidos para la elección del 2018.

Hablamos que con ello Adriana Dávila dio su brazo a torcer y no se opondrá al eventual Frente Ciudadano (versión local) que pretende integrar además del PRD y Movimiento Ciudadano, a los partidos Nueva Alianza y Alianza Ciudadana, para buscar ganar la mayoría en el Congreso estatal.

El palomeo de la senadora a la iniciativa estatal de Carreón llama la atención, sobre todo porque fue la única que en la Comisión Permanente Nacional se abstuvo de votar a favor del Frente Ciudadano por México.

Pareciera que tras la salida de Margarita Zavala del PAN y el debilitamiento del caldenorismo ya no tiene empacho en alinearse e impulsa una coalición que se replique en lo local, ahora sólo resta ver si al momento del reparto Adriana no revienta contra sus correligionarios y aliados partidistas porque es claro que les tocará menos candidaturas.

Crece la lista

El perredista Santiago Sesín hizo la tarea el fin de semana al lograr congregar a más de 2 mil de sus simpatizantes, así como a varios personajes políticos del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, entre ellos los dirigentes estatales de estos dos últimos partidos así como el alcalde de Apizaco.

Lo dicho, la convención de su tribu, la Red Joven, sirvió para el destape de las aspiraciones del ex diputado local para hacerse de la nominación por la senaduría dentro del Frente Ciudadano.

Llamó la atención que al acto llegaran otros suspirantes a la misma posición, entre ellos las panistas Guadalupe Sánchez Santiago, Aurora Aguilar y Minerva Hernández, así como los perredistas Gelacio Montiel y Alberto Amaro.

Con ello crece la lista de los interesados en ser candidatos en el 2018, ahora solo restará ver si al momento de la toma de decisiones todos se quedan; por el momento todo son risas y parabienes, pero esa cordialidad tiene fecha de caducidad.