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31 de julio - 2017

Por Edgardo Cabrera

A escasos 40 días de que inicie el proceso electoral federal, Morena es el único partido que tiene prácticamente ya repartido el pastel de las candidaturas.

Nos enteramos que siempre sí, Lorena Cuéllar le entrará a la contienda por el III distrito y no en el II donde tiene su principal bastión, empezando por la capital del estado.

Y es que de acuerdo con la paridad de género aplicada por el peje-partido, los distritos electorales federales I y II serán para varones, solamente el III fue reservado para mujer.

En tanto que la fórmula al Senado estará encabezada por una mujer cercana a López Obrador y es ahí donde las tlaxcaltecas siguen sin mencionarse como propuestas firmes con lo que se mantienen los cuadros ajenos al estado con mayores posibilidades, sigue sonando fuerte Clara Brugada.

Para el caso de los distritos locales, la distribución de género será la misma que se tuvo en la elección del 2016.

Con tales determinaciones más de un soñador se quedará con las ganas de ser candidato, y lo más interesante es que en todo este reparto aún no se menciona a Martha Palafox, ni tampoco se ha determinado cómo y a quién serán entregadas las plurinominales.

Nerviosos

En el PRI crece el nerviosismo porque aún no existen señales claras para el reparto de las candidaturas.

Lo lógico sería que la fórmula al senado fuera integrada por los diputados federales Anabel Alvarado y Ricardo García, considerados en la baraja de los candidateables a la gubernatura en el 2016.

Recordemos que a la semifinal pasó García Portilla y fue nombrado coordinador de la campaña de Marco Mena. En tanto que Alvarado se ha convertido en una pieza clave en la administración estatal luego de que el gobernador la sacara de la Cámara de diputados y la nombrara al frente de la Segob.

La otra legisladora federal, Rosalinda Muñoz, pareciera el cuadro natural para buscar una diputación local y eventualmente convertirse en la operadora del PRI al interior del Congreso del estado.

Quienes también podrían enfilarse a las curules son Noé Rodríguez (otro de los ex aspirantes a la gubernatura) y Teodardo Muñoz (suplente de Ricardo García), estarían en la baraja local o federal.

En tanto que Mariano González Aguirre sería el candidato natural en el I distrito federal, recordemos que hace 3 años desistió de competir en esa jurisdicción a petición de su padre, quien traía fuertes presiones cupulares para no abrirle frentes innecesarios a Peña Nieto, y cedió el capital que había trabajado a Rosalinda Muñoz.

Si bien lo anterior sería lo lógico, en el ajedrez de Marco Mena no necesariamente así ocurrirá, no olvidemos que cuando integró su gabinete todos los futuristas se equivocaron pese a que creían leerle la mente al gobernador.

Lo único cierto es que en la nueva forma de hacer política la estrategia priísta deberá ser cuidadosa para mantener el control del Congreso local, tener representación en el Congreso de la Unión y que Tlaxcala no sea castigada por la federación cuando en el 2018 el principal benefactor de la entidad deje de ocupar Los Pinos.