Puro interés
4 de abril - 2017

La determinación de Lorena de abandonar la bancada amarilla se retrasó debido a algunas negociaciones de alto nivel, hablamos de recursos y no de convicciones o ideología. En la Cueva del Coyote existe incertidumbre sobre el destino que tendrá el equipo de futbol fundado en el sexenio pasado

Por Edgardo Cabrera

Nos cuentan que la determinación de Lorena de abandonar la bancada se retrasó debido a algunas negociaciones de alto nivel realizadas antes de la conferencia de prensa que encabezó Barbosa.

Recordemos que la semana pasada llamó la atención que la tlaxcalteca llegara tarde a la reunión con los medios y que, además, luciera un semblante desencajado, lo que contrastó con el resto de los desertores que se mostraban sonrientes.

Resulta que Lorena estiró la liga con los amarillos a quienes habría reprochado su negativa a financiar sus nuevos proyectos políticos e insistiera aquella cantaleta de que el partido la dejó sola y no le inyectó recursos a su fracasada campaña por la gubernatura.

Pese a su pública traición al partido que la llevó a la Cámara Alta y la hizo candidata a la gubernatura, aún no pretendía renunciar a la fracción amarilla para no perder canonjías como los miles de pesos extras que recibe por el cargo de secretaria de la Mesa Directiva.

Sin embargo nos aseguran que el poblano Barbosa le habría garantizado cederle recursos para obra que gestionó directamente con Hacienda además de mantenerla en la posición directiva de la Mesa, ya que tienen pláticas avanzadas con el PT para que los “independientes” fortalezcan esa fracción parlamentaria afín a López Obrador.

De lo anterior podrá dar cuenta una senadora perredista muy buen informada y que en breve estará en Tlaxcala.

Duda

Resulta que en la Cueva del Coyote existe incertidumbre sobre el destino que tendrá el equipo de futbol fundado en el sexenio pasado y que tuvo su principal impulso por parte del gobierno de Mariano González Zarur.

Y es que la franquicia se encuentra a un paso de ascender a la Primera División A, tiene medio boleto y en caso de volver a coronarse campeones en el presente torneo tendrán el pase automático.

El problema es que escalar en la categoría del futbol mexicano implica mayores gastos e inversión, de entrada para ampliar a 5 mil más la capacidad del graderío del estadio Tlahuicole que actualmente es de 12 mil espectadores, así como habilitar un estacionamiento para los aficionados.

Sueldos y gastos también irían a la alza, no perdamos de vista que la 1a es la antesala de la Primera División.

Pero también la franquicia subiría de precio, la derrama económica para el estado crecería notoriamente e impactaría directamente en hoteles y restaurantes, transporte y el comercio también serían beneficiados.

Sin temor a equivocarnos, hablamos que el futbol y los Coyotes dejarían a Tlaxcala una derrama económica mayor que los festejos taurinos, las zonas arqueológicas, el Carnaval o la actividad turística en los 2 pueblos mágicos que tiene el estado.

A semanas de que concluya el torneo, sabemos que la directiva que preside el empresario Rafa Torre no ha tenido señales de apoyo o continuidad del proyecto por parte del gobierno estatal por lo que la incertidumbre va en aumento, no olvidemos que el equipo tiene una propiedad tripartita donde participan el poder Ejecutivo, Grupo Providencia y el Club Pachuca.