El reto
3 de abril - 2017

Tras la gira de Marco que incluyó reuniones con miembros del gobierno chino y empresarios hay compromisos de inversión e intercambios académicos. A colación del viaje, el gobernador recibe un informe rojo en materia delictiva. Por cierto hay quienes buscan lucrar políticamente con la inseguridad, 2 personajes con hilos políticos quieren hacer marchas

Por Edgardo Cabrera

Aunque hay quienes insisten en un pensamiento aldeano y preferirían que el gobernador se quedara encerrado en el estado, Marco Mena aceptó la invitación de la Conago y del gobierno de China para realizar una intensa gira de trabajo.

La semana pasada el tlaxcalteca y cuatro mandatarios estatales se reunieron con miembros del gobierno chino, empresarios y académicos de aquel lejano país.

Como resultado hay compromisos de inversión y el interés de llevar a China productos mexicanos, además se concretó el intercambio de estudiantes lo que permitirá el fogueo de tlaxcaltecas que tendrán con ello otra visión para el sector productivo local

Marco Mena no tenía nada que perder al emprender la travesía, se fue con los gastos pagados por lo que no gravó al erario.

Ahora sólo resta ver si el señor que despacha en la Secretaría de Desarrollo Económico es capaz de darle seguimiento a los contactos para aterrizar los compromisos, vale decir que a más de 90 días de gobierno Jorge Luis Vázquez destaca como un funcionario gris, o mejor dicho, incoloro.

Malas noticias

A colación del viaje a China, el gobernador recibe un informe rojo en materia delictiva. En su ausencia, al equipo de seguridad y procuración de justicia se le salieron las cosas de control.

Baleados, un intento de asesinato al interior de la Universidad Politécnica y un crimen que tiene todas las características para considerarlo feminicidio, forman parte del saldo rojo de la semana que no estuvo Marco Mena en el estado.

Insistimos, todo indica que el Ejecutivo carece de un equipo confiable en el rubro de seguridad capaz de prevenir contingencias.

A río revuelto…

Ante la situación de la inseguridad en Tlaxcala hay quienes buscan lucrar políticamente con la coyuntura.

Trasciende que dos conocidos personajes planean organizar marchas para atraer reflectores mediáticos, sin abonar en absoluto a resolver la situación que pretenden denunciar.

El primero es Guadalupe Ballesteros, quien fue detenido en junio de 2011, junto con 80 policías estatales, por el delito de robo de armas de fuego y Coalición de Funcionarios, tras encabezar una rebelión de uniformados que pretendía la creación de un sindicato policial que, por ley, era inconstitucional.

Reapareció en la campaña de Lorena Cuéllar, y en el pasado proceso comicial hizo de un accidente carretero un supuesto atentado en su contra para agitar las aguas electorales. Ahora trabaja como escolta de Cuauhtémoc Lima Bernal, Secretario General de la Federación Democrática de Trabajadores (FDT), con presencia en Tlaxcala y Puebla, y trasciende que participa en extorsiones a pequeñas obras de construcción en la vecina entidad.

El segundo es Héctor Joseph Cid, quien utiliza las protestas como método para que las autoridades atiendan las demandas que enarbola. Enfrentó exilio político en Puebla, en 1982, en la administración del ex Gobernador Mariano Piña Olaya, y si bien abandera la defensa del territorio tlaxcalteca, en contra de paracaidistas que se instalaron en San Salvador Tepexco, San Pablo del Monte, no escapó a señalamientos de “medrar a costa de los humildes”.

Evidentemente, ambos personajes carecen de autoridad moral para demandar o reclamar por los hechos delictivos registrados en últimas fechas, de modo que cualquier manifestación en la que participen restará credibilidad a su causa, porque está probado que actúan de manera facciosa, siempre en función de intereses particulares y de grupo