Marco y su ajedrez
13 de marzo - 2017

Aunque los escépticos insisten en que Mariano es quien tiene el control político del gobierno y del partido, los hechos una vez más tiran por borda a esos rumorólogos. La nueva secretaria de Gobierno deberá dejar de lado rencores políticos con sus correligionarios. Ahora resulta que Crispín exige que el OFS le pague al menos 3 mdp

Por Edgardo Cabrera

Aunque los escépticos insisten en la teoría de que Mariano es quien tiene el control político del gobierno y del partido, los hechos una vez más tiran por borda a esos rumorólogos.

El fin de semana Marco Mena sorprendió de nueva cuenta con su ajedrez al hacer dos movimientos que no responden a la lógica política a la que nos tenían acostumbrados en el pasado.

Con poco más de 2 meses en el cargo, Florentino Domínguez fue movido por el gobernador para administrar el PRI estatal.

El “profe”, como se le conoce, no se fue de la Secretaría de Gobierno por hacer mal papel, por el contrario, en el corto tiempo que estuvo Marco Mena lo puso a prueba y le mostró lealtad a su proyecto, aunado a que es de los pocos de su gabinete con carrera política en el PRI.

Ya lo escribí la semana pasada, en Tlaxcala sólo hay un líder moral en el partido oficial por lo que se requería de un personaje con disciplina, inteligencia y sensibilidad para ejecutar las indicaciones que vendrán del Palacio de Gobierno y de la Presidencia de la República de cara al 2018.

Apuesta

Pero también sorprendió la llegada de Anabel Alvarado a la titularidad de la Secretaría de Gobierno; la diputada federal tuvo que abandonar su curul ante el llamado del mandatario estatal para hacerse cargo de la política interna.

Para nadie es desconocido la amistad que existe entre Alvarado y Mena, se conocen y trabajaron juntos al arrancar la administración de Mariano González Zarur, ambos fueron piezas clave para poner a flote un barco que dejó hundido Héctor Ortiz.

Ahora con Marco en el timón, la diputada federal con licencia conoce muy bien cuál es el proyecto de gobierno, la estrategia y los objetivos, es quizá una de las pocas personas que gozan de toda la confianza del mandatario y que –aunque no estaba en el gabinete- fue consultada para la toma de las primeras decisiones.

La nueva secretaria de Gobierno deberá, por lo pronto, dejar de lado rencores políticos con algunos de sus correligionarios, como con la alcaldesa capitalina Anabell Ávalos, a quien no le etiquetó recursos federales para este año a pesar de ser legisladora representante de dicho municipio.

Alvarado requiere aliados y desde la Segob tendrá esa oportunidad para afianzarse como el plan A para las elecciones del 2018 y encabezar la fórmula del PRI al Senado desplazando con ello las aspiraciones del diputado federal Ricardo García Portilla que de gris pasó a incoloro.

Control

Por cierto que como parte de los movimientos en el PRI y su gabinete, queda claro que Marco Mena aprende muy rápido y trae ya el control político, la estrategia es ambiciosa y riesgosa: quiere ganar las elecciones del 2018.

En tanto que Mariano González Zarur parece que ha cumplido su palabra de mantener una sana distancia ante su auto jubilación política.

Cara dura

Lo que faltaba, ahora resulta que Crispín Corona exige que el OFS le pague al menos 3 millones de pesos por indemnización, de ahí que interpuso una demanda laboral.

El asunto es que durante 7 años este señor cobró por una responsabilidad por la que ahora sabemos que no gozó de reconocimiento jurídico, de ahí que fuera removido, por lo que llama la atención que nadie le haya exigido reintegrar el dinero que recibió del erario durante ese lapso.

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