Más pena que gloria
1 de marzo - 2017

Queda claro que Rubén Reyes no ha podido con el paquete, los Ortiz se equivocaron en imponerlo como rector y quizá por ello ya cabildean su sustitución. Pesa a la supuesta limpia de basificados, nada les impide a los ediles que esas plazas sean reasignadas, de ahí lo interesante de una iniciativa planteada en el Congreso

Por Edgardo Cabrera

El tercer informe del rector de la UAT pasó sin pena ni gloria, pese al derroche de recursos y el despliegue de alumnos para llenar el recinto y convertirlos en aplaudidores, no escuchamos nada nuevo.

Nos quedó a deber una explicación del porqué la alberca universitaria sigue sin funcionar, es una verdadera porquería pese a los millonarios recursos que se le destinaron y la supuesta ingeniería que hay detrás.

Tampoco presentó un desglose financiero de, por ejemplo, cuánto y a dónde van a parar las cuotas que se captan por colegiaturas, del recurso que se destina para pensiones de los ex rectores o de cuánto le cuesta a la “Autónoma” la nómina de toda la familia Ortiz, eso sí, insistió –sin pruebas- que el Ejecutivo estatal le debe dinero a la institución.

En materia económica a Rubén Reyes Córdoba tampoco le interesó informar de las enormes deudas que tienen con proveedores y que datan del 2016, pese a que dichos gastos se supone que estaban autorizados en función del presupuesto, lo que haría suponer que ese recurso etiquetado se desvió a otros fines.

También hizo mutis del porqué la UAT cedió a una institución particular como la UPAET el edificio que supuestamente fue adquirido con recursos de la institución para crear el dizque Hospital Universitario.

Queda claro que Reyes Córdoba no ha podido con el paquete, Héctor y Serafín se equivocaron en imponerlo y quizá por ello ya cabildean su sustitución.

¿Tendrán el valor?

El PS en el Congreso local agarró el toro por los cuernos y planteó reformas a Ley Laboral de los Servidores Públicos para quitarle a los sindicatos el control de las plazas laborales.

La iniciativa que, vale aclarar, fue impulsada desde Contla por un grupo de regidores, es ambiciosa y pondrá a prueba a los diputados locales urgidos de reflectores para impulsar (cada quien por su lado) su visión del Sistema Estatal Anticorrupción.

Lo que ocurrió en las pasadas administraciones municipales y en la Legislatura que antecedió a la actual fue un robo en despoblado, alcaldes y diputados se coludieron con el 7 de mayo para basificar a sus allegados, parientes y hasta amantes, ahora no hay dinero que alcance para pagar sueldos o sus liquidaciones.

El problema no sólo será solucionado con el despido masivo, ya vimos en la ciudad de los Sarapes donde el carnicero que despacha como alcalde, “asesorado” por sus compadres y aleccionado por los regidores, despidió a sindicalizados quienes no se han quedado con los brazos cruzados paralizando servicios en agravio de la población.

Por ello es que cobra importancia lo propuesto en el Congreso, el asunto es que a pesar de la supuesta limpia que quieren hacer los nuevos alcaldes, nada les impide que esas plazas sean reasignadas de nueva cuenta en comunión con el sindicato.

Veremos si la iniciativa prospera o termina en la congeladora por temor a represalias del 7 de Mayo, ayer, ya vimos, un grupo de sindicalizados de inmediato se hizo presente en el Salón de Plenos para hacer sentir su presión a los diputados.

Inexplicable

Lo que aún no terminamos de entender es la pobre visión del pasado para tolerar el empoderamiento de un Sindicato que administra plazas laborales que se supone son propiedad de los ayuntamientos y poderes, no de personajes que lucran con ellas.

Edgar Tlapale no es el único que se ha beneficiado en detrimento de su gremio, quienes le antecedieron hicieron lo mismo, por ello es que resulta risorio que Pedro Erazo y su mujer Guadalupe Rodríguez se digan indignados cuando durante los 14 años que se perpetuaron en el poder sindical hicieron lo mismo y favorecieron a por los menos 16 parientes.

Antes de ellos, Porfirio Juárez también terminó su dirigencia con serios señalamientos, entre ellos el reparto discrecional de plazas.

Los propios sindicalizados saben muy bien el costo económico de una base sindical, incluso hay quienes aseguran que algunas se ofertan a cambio de favores sexuales, y cómo dudarlo si el propio dirigente organiza table-fiestas entre sus agremiados para “recaudar fondos”.

Quitarle el negocio a los sindicatos sí se puede, sólo se trata de que quieran los partidos políticos, ya vimos que en el sexenio pasado se logró una importante reforma a la ley de Pensiones Civiles pese a la resistencia de los burócratas que se negaban a perder canonjías como jugosas jubilaciones por sólo unos cuantos años de servicio.

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