Por Manuel Amador

Aunque no detalló cifras, el asesor y socio de la empresa de transporte colectivo Urbanos y Suburbanos de Tlaxcala (USU), José Antonio Martínez Lozano, expuso que los robos a transportistas y de unidades a concesionarios “es fuerte y delicado” en diversas rutas del centro del Estado, por lo que pidió a las autoridades estatales y municipales competentes reforzar sus estrategias para inhibir esos delitos.

En entrevista, dijo que desde finales del año pasado y hasta la fecha, los permisionarios se encuentran en incertidumbre porque los atracos a mano armada para apoderarse del pasaje, de las pertenencias de los pasajeros o de las camionetas, ha aumentado y eso ha provocado la molestia de los trabajadores del volante que la semana pasada realizaron un paro de labores en el bulevar Santa Ana – San Pablo en demanda de más seguridad.

El también secretario de la Unión por la Defensa del Transporte Público, explicó que las rutas más lejanas son donde los transportistas son más vulnerables o principalmente donde hacen base las unidades, por lo que los compañeros de oficio han tenido que organizarse para alertarse mediante radio u otro medio para apoyarse en caso de observar riesgos de un asalto o al ser víctimas de un delito.

“Yo creo que todos estamos un poco con la incertidumbre porque han estado robándose unidades casi diario, entonces le pedimos a las autoridades poner atención en ese punto para evitar la situación.

De por sí el aumento de gasolina nos ha pegado mucho junto con el costo de las refacciones y si le sumamos los robos pues la afectación a los permisionarios es fuerte y delicada”, señaló.

Explicó que los maleantes se hacen pasar por clientes y aprovechan alguna parada, un lugar oscuro o el final de la ruta para cometer el robo del dinero o las pertenencias de los pasajeros, pero también ha habido casos de que los cacos violentan al chofer y a los usuarios poniendo en riesgo su integridad física.

Por lo que hace a la solicitud del gremio transportista estatal de aumentar el pasaje en 2 pesos la parada mínima, Martínez Lozano indicó que “estamos conscientes de que incrementarlo perjudica a la ciudadanía, pero todo sube y deben entender que nosotros también comemos. No sé en cuánto quede, pero si comparamos lo que nosotros pedimos aumentar con lo que cuesta la gasolina, las refacciones y la mano de obra entonces siempre nos quedamos por debajo y nuestras ganancias disminuyen, por lo que tampoco podemos modernizar nuestras unidades para cumplir con la normatividad de la SECTE”, apuntó.