Tendrá un plazo de 60 días para convocar a elecciones internas; destaca logros de ex dirigente

Por Manuel Amador

La ex alcaldesa de Zacatelco y hasta hoy secretaria de organización, Blanca Águila Lima asumió este sábado la presidencia del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Según el principio prelación que indica los estatutos del tricolor, la también secretaria general de la Sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), relevó en ese cargo a José Luis Ramírez Conde, luego de que éste ,fue designado como secretario de Fomento Agropecuario (SEFOA) en el Gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez.

En la sede estatal del tricolor y con decenas de priistas, Ramírez Conde fue despedido con aplausos y un reconocimiento de los presentes derivado del triunfo por la gubernatura de Tlaxcala y Águila Lima fue recibida como la nueva dirigente de los priistas, luego de reconocer que se vienen tiempos difíciles para “el mejor partido (político) de México”.

Por mayoría de votos, la Comisión Política Estatal del PRI aceptó la licencia definitiva del apizaquense y tomó protesta a la igualmente dirigente en Tlaxcala de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) como nueva presidenta, mientras que a la Secretaría General arribó la exdiputada local María Antonieta Stankiewicz.

A partir de ello, Blanca Águila tiene 60 días para convocar a elecciones internas para elegir al nuevo presidente o presidenta que culmine el periodo del 23 de agosto de 2015 al 23 de agosto de 2018, en el que ella podrá postularse para mantenerse en el cargo.

En su discurso, consideró que pese a las adversidades, Tlaxcala tiene condiciones envidiables para salir adelante debido a que cuenta con un gran gobernador, tres diputados federales y 19 alcaldes emanados del PRI que podrán sacar adelante a la ciudadanía.

Manifestó que el gasolinazo es difícil de comprender pero fue una medida necesaria para no afectar a las clases más desprotegidas del país con el recorte a programas sociales; “fue una decisión impopular pero seria y fundamentada que en el mediano y largo plazo se veré reflejada en beneficios para la sociedad. 
Tenemos que ser solidarios y dar la cara porque a nadie le conviene un país en desorden”.