Por Edgardo Cabrera

Es abierto y descarado el proselitismo que mantiene el que cobra en la Secretaría de Gobierno. Con la anuencia de su patrona quiere agotar hasta el último minuto del plazo para seguir exprimiendo el erario en su sueño guajiro de ser senador.

Las unidades oficiales son usadas para su interés particular, por cierto, la camioneta 4×4 de la que no se quiere bajar, fue adquirida para la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, sin embargo, González la utiliza para transitar, lo mismo en los caminos de terracería a donde acude a hacer campaña, que en la capital donde poco importa dejarla a media calle mal estacionada.

Con 196 manifestaciones y marchas acumuladas, la popularidad del segundo a bordo de la mandamás está por los suelos; imagina que con más días detentando el puesto público conseguirá simpatías, en los hechos, por cada minuto que pasa el desastre es mayor, priva la ingobernabilidad y las protestas invaden hasta el interior de las dependencias estatales como la de Impulso Agrícola donde el martes un grupo de técnicos de sanidad vegetal y agropecuaria le clausuraron la oficina al secretario, otro más de los impresentables de la Triste Historia.

Medio centenar de inconformes denunciaron que De La Peña Bernal, quien impulsa a su junior para ser candidato de Morena en Zacatelco, no ha pagado lo que les debe en lo que va del año, y mientras se cocinaba esa protesta, González, el del sueño guajiro, abordo de su todo terreno mandaba saludos a los médicos “por su día”, y presumía en redes sociales su descarado proselitismo enIxtenco portando chaleco partidista y desviaba recursos públicos, empezando por el teléfono pagado por el pueblo.

COMO EL TÍO LOLO

Hoy hace una semana que el presidente López Obrador “recomendó” a la mandamás y a los “machucones” del Heraldo dar marcha atrás a la explotación comercial de Radio Altiplano y regresarla a su origen cultural y educativo.

Pues aquel señalamiento y las llamadas a misa son lo mismo, lo dijimos, aquí nadie en el gobierno acusó de recibido, por el contrario, quien mal dirige ahora la Coracyt sigue con la indicación de entregar la Televisión de Tlaxcala al mismo corporativo, con la XETT las cosas se les complican porque esa concesión no está a nombre del Gobierno Estatal sino de un particular, no así Radio Calpulalpan que amagan con el mismo fin.

Y mientras la mandamás se hizo de oídos sordos para mantener el jugoso negocio pactado desde principio de año, el viernes su empleada agarró la pachanga, empezó como una “convebencia” por despecho tras perder control en Prensa de Gobierno, pero terminó con una celebración porque ya no tendrá que madrugar para ayudar con el peinado de la jefa.

Mientras tanto, ya casi llegamos al primer mes del golpe a los bienes públicos entregados a un particular por puritito interés económico e ignorancia de la historia de la Radio y la Televisión Educativa y Cultural de nuestro país de donde Altiplano fue una pieza fundamental.