No son por falta de equipos, dijo

Por Selene Sosa

Este año las denuncias de pacientes por aparentes negligencias médicas en Tlaxcala, han sido dadas a conocer por activistas locales y nacionales, al respecto, el titular de la Secretaría de Salud (SESA) en Tlaxcala, Rigoberto Zamudio Meneses, enfatizó que dichos errores no se han cometido por la carencia de equipos médicos.

Cuestionado por este medio de información respecto al caso de un hombre que fue dado de alta y que terminó atendiéndose en una clínica privada con cateterismo cárdico, el funcionario de la 4T aseguró que fue una “confusión” de los médicos que lo atendieron.

Dicha “confusión”, según denunció el médico y activista Héctor Rossete, a través de su cuenta de “X”, casi le cuesta la vida a un masculino de 46 años de edad, quien acudió al Hospital IMSS-BIENESTAR de Calpulalpan, puesto que no activaron el “código infarto”.

En su denuncia, el médico activista señaló que, según el reporte médico, el nosocomio público carecía de equipo para radiografías, laboratorios y para realizar electrocardiograma, circunstancia que refutó Zamudio Meneses.

En entrevista colectiva, el funcionario de la 4T sentenció que, “Lo confundieron los médicos de urgencias con una dispepsia y terminó siendo una angina de pecho con una reintervención de hemodinamia en la Ciudad de Puebla”.

Bajo este orden de ideas, el responsable de la SESA en Tlaxcala aprovechó para presumir que, todos los hospitales públicos, tanto de la dependencia a su cargo como del programa piloto IMSS-BIENESTAR, se encuentran equipados.

“En el Hospital General de Tlaxcala se entregaron 14 electrocardiogramas de última generación… todos y cada uno de los hospitales tienen electrocardiogramas nuevos, (hay) hospitales a donde llegaron cinco electrocardiogramas nuevos, se hizo una redistribución de ellos a los principales”, remarcó.

A colación, es preciso recordar que, también en este año y de ese mismo hospital, el de Calpulalpan, se dio a conocer en medios de comunicación, el caso de una mujer que fue intervenida por una médico cubana, quien colocó “alambres retorcidos” en su brazo.

Situación que derivó en que la paciente, que padece diabetes, tuviera que endeudarse económicamente para ser atendida en una clínica privada para que le retiraran los alambres, evento que, desde luego, denunció ante la Comisión Estatal de Arbitraje Médico (CEAM).