Por Edgardo Cabrera

La Secretaría de Cultura es la única que supuestamente descentralizó López Obrador durante su administración, recordemos que fue una de las promesas que realizó en campaña y reiteró en el ejercicio del poder, en los hechos, solo fue mera simulación.

Recordemos que el plan de descentralización incluía a la de Educación que se instalaría en Puebla, Economía en Monterrey, Salud en Guerrero, CFE en Chiapas, Pemex en Campeche y Comunicaciones y Transportes en San Luis Potosí.

La única que según se mudó fue la de Cultura a Tlaxcala, sin embargo, en los hechos no operan las oficinas centrales de la dependencia, es más, su titular, Alejandra Frausto, es raro que se le vea en la entidad despachando o teniendo agenda relacionada con los asuntos propios de la secretaría.

Ahí no acaba el asunto, que seamos sede de la oficina federal encargada de las políticas y programas en cultura no ha significado ningún beneficio económico para la entidad como se prometió con la llegada masiva de trabajadores en busca de vivienda y de consumo familiar. 

Tampoco ganamos por la ampliación de las actividades y eventos culturales, por el contrario, recordemos aquella desafortunada declaración del secretario de Cultura de Tlaxcala, Antonio Martínez, quien pidió que la 4T desapareciera la dependencia por ser “un sueño de Tovar y de Teresa para pertenecer a la élite política”.

El deseo del funcionario de Lorena Cuéllar fue la cereza del desabrido pastel del presidente de la república de su proyecto de la descentralización de las Secretarías de Estado.

Pero más allá de la incontinencia verbal de quien, por cierto, fue vocero de la actual administración de la Secretaría de Cultura, la realidad es que en la entidad solamente 65 servidores públicos se encuentran asignados en el antiguo Palacio de Cultura, y desde este año rentaron otro edificio para que supuestamente llegarán más, como parte de un plan de mudanza de voluntarios, que en los hechos no ha prosperado.

IMPUGNABLE

Resulta que la mayoría de los cabildos aprobaron el decreto constitucional que reduce los requisitos para la designación del nuevo titular del Órgano de Fiscalización Superior, lo que en los hechos se ha interpretado como una reforma con dedicatoria para que la triste historia imponga a un titular a modo, de preferencia abogado, y recientemente funcionario de la actual administración.

Y mire que entre los destinatarios sigue sonando Manuel Vázquez Conchas, esposo de presidenta de la CEDH y hermano de Ray, cuñado de Lorena, quien, en eso de favorecer a la parentela, también está nominado para ser notario de Calpulalpan.

Pero si bien ya pueden lanzar hurras por la validación de la reforma, la fiesta se les puede echar a perder dado que los cambios son impugnables, y varios actores políticos estaban esperando su aprobación y publicación en el Periódico Oficial para proceder.

Por lo pronto no perdamos de vista que el relevo de Isabel Maldonado al frente del OFS deberá ocurrir en noviembre, con lo que el procedimiento tiene que realizarse entre lo que resta de septiembre y octubre.