LA ALIADA…
6 de septiembre - 2023

Por Edgardo Cabrera

Desde campaña y ya en el ejercicio del poder la mandamás se dice “aliada”, pero es claro que no de su género, menos de la legalidad y la responsabilidad, es aliada de las fechorías de su gabinete que cada día parece más el club de la risa, la improvisación y el valemadrismo.

Mire que ver al titular de Protección Civil Estatal portando un casco con el logo alterado, puso una bailarina nudista con tubo, en un estado estigmatizado por la trata de mujeres con fines de explotación sexual, es una clara muestra de lo que apenas comentaba, el grosero solapamiento de personajes que son 99 por ciento lambiscones.

El funcionario goza de impunidad, desde su llegada al cargo ha cometido tropiezo tras tropiezo sin que tenga consecuencia su actuación, en el primer temblor que le tocó atender, equivocó el nombre de municipios; los simulacros nacionales en el marco de la conmemoración de la Protección Civil han sido un desastre, primero quemó -él lo dijo- la costosísima y presumida alarma de Palacio de Gobierno, luego no sonó cuando ya había quedado reparada.

Pero la lista sigue como su acción reactiva más no preventiva en lugares de venta de pirotécnica, ferias y demás festejos que han tenido saldos rojos, hay denuncias de extorsión por parte de restauranteros y dueños de bares, y en su más reciente pifia llegó al finalizar el incendio de un mega incendio en una fábrica de tinacos en Yauhquemehcan, solo para “felicitar” a los bomberos y dar una entrevista, esa donde se le ve con su casco alterado

Por cierto, ahí le recriminaron los vecinos que ya habían denunciado la actividad irregular de la empresa, los horarios de 24 horas en la fábrica y pese a las quejas, autoridades municipales y estatales, como Protección Civil, se hicieron de la vista gorda hasta que ocurrió la desgracia.   

CADUCOS

En eso de las bajezas, la Triste Historia en conjunto con su apéndice que se ubica en la delegación del Bienestar distribuyeron y aplicaron vacunas contra el Covid-19 en estado caduco, ello significa un atentado a las niñas y niños de Tlaxcala de entre 5 y 11 años de edad.

Resulta que en la jurisdicción sanitaria 1 se detectó que al menos dos lotes fueron distribuidos y se ordenó su aplicación “de forma urgente” antes del 16 de septiembre, así quedó documentado en un oficio interno fechado el 28 de agosto donde se advierte que la vacuna Pfizer tiene una fecha de caducidad de noviembre pero del año pasado, y la Abdala, también destinada a menores de edad, caducó apenas en agosto, en dicho documento se detallan los números de los lotes.

Ante ello, personal médico se deslindó de cualquier responsabilidad por las posibles consecuencias que resulten, que en el menor de los casos sería que no tengan efecto de inmunidad, y en una situación extrema, que provoque una reacción adversa a la substancia.

Para tratar de “aminorar” los efectos -pero ante la opinión pública-, la propia administración federal, mediante otro oficio, notifican de la “ampliación de la caducidad” de los lotes señalados, como si el escritorio fuera más eficiente que el laboratorio y pudiera ser modificada la composición biológica las vacunas, y el lunes el gobierno estatal admitió el estado caduco, pero aseguraron que “son seguras”, reitero, ¡vaya irresponsabilidad! 

A colación, no solo fue Tlaxcala, también el medio Latinus reveló que en Zacatecas distribuyeron esas vacunas caducas provenientes del mismo lote que fueron enviadas aquí.