2 AÑOS
31 de agosto - 2023

Por Edgardo Cabrera

El río Zahuapan no ha sido saneado, la Malinche cada día está más deforestada, los precios de la canasta básica, como nunca, por las nubes, las cuotas escolares se siguen exigiendo y además convalidadas por el gobierno, la represión a las manifestaciones es una constante, las obras que inauguran se les desmoronan a los pocos meses (como sus clínicas o las calles en municipios) y las mujeres no son la prioridad como se prometió.

Lo anterior forma parte del balance real, no maquillado, a dos años de la triste historia, que acumula 166 protestas, desde las más pequeñas hasta las gigantescas como las realizadas por trabajadores de la salud, burócratas, y la sociedad civil, que tuvo su mayor expresión de inconformidad en la denominada “Marcha por Tlaxcala”. Es el primer gobierno al que se le acumula tal número de inconformidades por sus transas, opacidad y mala planeación.

La llegada de una mujer al ejecutivo no significó una mejora para el género, y es que así se vendió la mandamás cuando andaba en campaña y tomó protesta en el cargo, se dijo aliada de ellas y a sólo siete meses las reprimió cuando salieron a las calles a gritar consignas contra la violencia.

Son ellas quienes mejor han documentado las omisiones y simulaciones de la Triste Historia, colectivos como Mujer y Utopía, o Mujeres con Poder, dan cuenta que la violencia no sólo se solapa si no se fomenta, la trata se esconde, los feminicidios se ocultan y los funcionarios son protegidos pese a denuncias y resoluciones judiciales.

El mayor agravio son los 24 feminicidios de este año que documentan organizaciones, en total desde que llegaron al poder suman 50, y que en su mayoría reclasificó el Estado como suicidios o homicidios, el caso más emblemático es el de una empresaria de Apizaco y cuya pareja era funcionario público del gobierno estatal, que urgentemente “esclareció” la PGJE desestimando una muerte violenta, sin embargo, un juez federal ordenó revisar el asunto por una serie de anomalías encontradas durante la actuación de la autoridad estatal.

CORRUPCIÓN Y TRANSAS

La mentada reingeniería que anunció la mandamás, tras ganar la elección, significó engordar el aparato burocrático, crecer la clase privilegiada de funcionarios tristones, y abrir nuevas puertas a la corrupción que se vive a diario.

Ahí está por ejemplo la comisión que se supone protege a los tlaxcaltecas de los riesgos sanitarios, opera cual mafia para extorsionar a grandes negocios (principalmente bares y restaurantes), pero también les hincan el diente a changarros montando pruebas, caso contrario ocurre con los negocios de los cuates compadres y socios de la Triste Historia, como aquel fracasado antro que se ubicaba arriba del Museo de Arte de Tlaxcala.

No es la única dependencia, ahí está la procuraduría del medio ambiente, evidenciada por un ex funcionario de una serie de actos corruptos, el titular del área fue denunciado por deudor alimentario. Y ni por las mordidas, ni porque la ley es clara contra los funcionarios violentadores, hay actuación de la Función Pública o de la Fiscalía Anticorrupción, donde están las denuncias.

A dos años, la lista es larga, como también el incumplimiento a la palabra y a la ley, como aquello de la negativa de entregar uniformes escolares gratuitos, pero si hay recursos para cubrir los caprichos del titular de educación, evidenciado por glotón, o para la adquisición de vallas de acero que costaron millones de pesos para agredir a las mujeres que protestan.