GUARDIANES DE LA BAHÍA 
11 de agosto - 2023

Por Edgardo Cabrera

Como lo anticipamos desde el sábado, apenas el miércoles hicieron oficial la llegada Alberto Perea Marrufo como el séptimo responsable de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en menos de dos años de gobierno.

Su llegada vino acompañada del anuncio de la instalación de una base de operaciones de la Marina integrada por “50 elementos navales de Infantería, fuerzas especiales e inteligencia” para reforzar la vigilancia en las “bahías de Tlaxcala” (ironía).

Llama la atención que en el estado que dice la mandamás es el más seguro del país, solicite el apoyo de la Secretaría de la Marina para “reforzar” la seguridad para su negocio del voleibol playero, no solo eso, como antecedente se tiene la múltiple construcción de cuarteles de la Guardia Nacional y la presumida colaboración “estrecha” con la 23 Zona Militar.

Resulta que Perea Marrufo es el cuarto secretario de seguridad en la era lorenista y el séptimo que es colocado al frente de la institución en 23 meses de funciones de la actual administración estatal.

Es marino de formación con grado de capitán (los anteriores militares que llegaron al puesto eran generales, uno de ellos es prófugo de la justicia), y antes de ser mandado a Tlaxcala el nuevo secretario se desempeñaba como director de seguridad en la modesta corporación de policía municipal de Chetumal, en Quintana Roo, estaba al frente de solo 60 policías, 30 por turno, y además de denunciarse problemas de inseguridad en ese lugar por una mala estrategia, había quejas por el retiro de compensaciones económicas a los uniformados “menos para Perea Marrufo”, evidenció el diario Cambio 22 el pasado 13 de abril. https://diariocambio22.mx/la-seguridad-en-othon-p-blanco-un-problema-critico-y-sin-solucion-a-la-vista/

Pues con ese antecedente y la llegada de los guardianes de la bahía, Tlaxcala regresa a experimentar y rediseñar la estrategia, desplazando, una vez más, a perfiles locales que conocen el manejo y la problemática de la institución, así como el comportamiento social.

DILEMA ACAPULQUEÑO

La Triste Historia enfrenta un dilema, porque en su programación de la gira artística voleibolera les toca este fin de semana en Acapulco, y ya están pagadas las reservaciones para que sus panfleteros favoritos y plumas amaestradas, así como la comitiva que incluye la parentela de la mandamás y lacayos, disfruten de la playa a cambio del ridículo de ponerlos a danzar el carnaval.

El dilema radica en la contramarcha planeada por el sesudo Sergio (quien sigue cobrando puntual como titular de Gobierno), ya que requerirán para el domingo a todos sus ladinos para presumir un falso respaldo a cargo de empleados obligados a acudir en compañía de al menos 5 personas.

Aún no definen si harán un desfile, que no marcha, o una reunión masiva, tipo mitin, porque en su logística, encargada a “Angi”, la otra sesuda que se ocupa de la tenebra comunicativa, no atinan a resolver dónde será más conveniente el pase de lista, el reparto de tortas y el estacionamiento de los camiones contratados para el acarreo. 

El desfile o mitin de la lambisconería solamente avivará el fuego al contradecir su discurso de “apertura” al diálogo, al preferir el tristón evento a las mesas de atención y resultados.