Por Edgardo Cabrera

La comparecencia del secretario de Impulso Agropecuario evidenció no sólo las inconsistencias entre lo informado de manera oficial por el gobierno de Cuéllar al Congreso y la propaganda chafa es la que gastaron millones de pesos, sino además la ilegalidad.

Resulta que tanto en la revista como en sus anuncios pagados en Facebook la Triste Historia dijo que se construyeron en sólo un año 306 jagüeyes en 28 municipios, sin embargo, en el informe solamente se da cuenta de cuatro, y en beneficio de cuatro productores, así consta en los anexos cuya copia tenemos en Gentetlx. Es decir, volvieron a mentir, ¿dónde quedaron los otros 302 que supuestamente se construyeron?

Lo que resulta aún más lamentable, es que en esa misma comparecencia el secretario de la Peña, revelara que esa promocionada infraestructura no sirviera, o presentara “algunos” defectos como filtraciones y que por tanto no pudieron contener agua, de la misma forma dijo que otros más no lograron captar el vital líquido.

Es decir, además del timo no existió una incorrecta planeación y, de igual forma, ahora se sabe que lo que presumieron como construcción, realmente se trató de la rehabilitación de muchos de estos espacios que ya existían desde gobiernos anteriores y que en su momento se abandonaron por múltiples razones, una de ellas, la migración de los campesinos mal pagados.

Pero aún hay más, resulta que el funcionario de pasado priísta, recordemos que estuvo en Conafor durante la administración de Enrique Peña Nieto, confesó que por una decisión unilateral desvío recursos públicos para otro fin del originalmente presupuestado.

Hablamos específicamente del uso de 16 millones de pesos para entregar directamente apoyos a campesinos afectados en sus tierras por las inclemencias climatológicas, cuando ese dinero estaba etiquetado para la compra de un seguro. Al estar confeso la obligación de los diputados sería presentar la denuncia correspondiente, y exigir al Órgano de Fiscalización Superior emita el pliego de observaciones correspondiente, ¿les temblará la mano?

QUEJAS

Luego de que está semana el gobierno estatal presentara el diseño del uniforme único escolar, en Cobat detonó el malestar de los padres de familia ya que el director general obligó a la compra de un pants de casi 500 pesos para el uso de los alumnos de nuevo ingreso, a sabiendas de la disposición de la Secretaría de Educación Pública de ya no utilizar distintas prendas y según contentillo de cada institución o subsistema.

Al señalado funcionario, recordemos las denuncias por nepotismo que enfrenta, le reprochan que a fuerza impuso los uniformes deportivos para plasmar el diseño de la mascota que inventó en septiembre pasado, el denominado “Tiaxca Guerrero Jaguar”.

Como todo en esta Triste Historia, más bien parece que se trató de un negocio más, porque si hacemos cuentas de 500 pesos en promedio por una tercera parte de los casi 16 mil alumnos que hay en total, que son los que ingresaron en el presente ciclo escolar, la cifra es millonaria.