NECESARIO
30 de enero - 2023

Por Edgardo Cabrera

Las comparecencias de ocho funcionarios del gabinete de Lorena Cuéllar no tendrían que ser una excursión, como tampoco la Santa Inquisición; la realidad es que tanto la procuradora General de Justicia como los secretarios citados por diputados son protegidos y blindados, por decir lo poco.

El bloque oficialista y mayoritario en el Congreso hicieron hizo lo imposible para que no sean lastimados sus egos, ni con el pétalo de una rosa, primero lograron que sus exposiciones fueran en un lugar cerrado, acudirán a uno de los salones del palacio legislativo, y no ante el pleno donde la ciudadanía podría haber asistido a verlos y escucharlos.

También la bancada morenista presionó para que los diputados interesados redactaran sus preguntas por anticipado, sólo tres, y se las enviaron con antelación para que las estudien.

El acceso a la prensa está restringido y esperemos que no se caiga la transmisión por Internet cuando inicien los cuestionamientos incómodos y las respuestas torpes, porque las habrá.

En su afán proteccionista, solamente faltó que les mandaran hacer un nicho para que no se empolven los exquisitos funcionarios lorenistas que en su gran mayoría han destacado por sus torpezas escándalos, sucios negocios, y en al menos dos casos son responsables de las muertes de personas, un trabajador de la educación y un detenido.

VAN DOS

Recordemos que los ocho comparecientes llegan como parte de una solicitud planteada ante el Pleno por parte del coordinador de la fracción parlamentaria del PRD, Juan Manuel Cambrón, quien advirtió la necesidad de qué los funcionarios amplíen la información del primer informe.

Es la segunda ocasión que el perredista logra que integrantes del gabinete de Cuéllar acudan al Congreso para que respondan las interrogantes de los diputados, particularmente de él y de la priísta, Blanca Águila, son los únicos que cuestionan, el resto alaba y rinde honores a los visitantes, recordemos el triste caso del secretario de Gobierno, Sergio González.

Por cierto, las plumas ladinas y otras domesticadas, en un acto desesperado por defender sus cheques mensuales en el gobierno, se dedicaron a descalificar el llamado a los funcionarios estatales, aunque es su obligación como parte de la glosa del informe.

Los funcionarios tendrían que estar en completa disposición de rendirle cuentas al pueblo de Tlaxcala, en lugar de estar calentando las sillas ejecutivas de sus oficinas, o engulléndose Gansitos Marinela.

CON LA NOVEDAD

Con la novedad señor presidente que en los primeros diez días de este año destruyeron con explosivos el banco del Bienestar que inauguró el año en Apizaco y es la fecha que ni se han detenido los culpables y menos lo han arreglado, así su incompetencia… ese tendría que haber sido el informe a López Obrador tras su visita sigilosa a Tlaxcala para sostener una reunión con empleados federales.

Contrario a otras ocasiones, ahora todo fue a puerta cerrada, no hubo convocatoria y tampoco mayor comentario, ni el mensaje soso y foto melosa de la mandamás en sus redes el mismo sábado, mientras que el presidente evitó difundir una imagen con la señora. La señal es clara.