Por Edgardo Cabrera 

Con la novedad que en la Politécnica de Tlaxcala dos personajes andan haciendo de las suyas, uno ocupa la Secretaría Académica, la otra, es la Administrativa, y ambos hicieron mancuerna en el cochinero que llaman proceso democrático de Morena.

El primero es un viejo conocido priísta, ex juez municipal en la administración de Anabell Ávalos, eterno aspirante a alcalde capitalino y convertido en Moreno en el proceso interno del año pasado donde Jorge Corichi logró la candidatura. Antes, por cierto, también anduvo metido en el PRD, es clara su trayectoria de “oportunidad”.

El saltimbanqui partidista ahora es secretario académico, sí, aunque es licenciado en derecho, está a cargo de la academia en una institución especializada en ingenierías por ello se ha ganado a pulso el repudio de la comunidad docente, porque es clara su ignorancia científica aplicada en la invención y el diseño (propia de las ingenierías), de ahí que recurre a las malas formas para dar órdenes.

La gota que derramó el vaso fue precisamente la elección morenista donde fue señalado de exigir a funcionarios de confianza y trabajadores una “cuota” de “al menos” 20 personas para que fueran a votar el sábado por la secretaria administrativa de la Politécnica.

De ello, algunos trabajadores nos hicieron llegar imágenes de recibos que debían presentar para comprobar no solo el acarreo, sino que iniciaron su obligado proceso de afiliación al partido oficial.

Como resultado, la susodicha administrativa fue la segunda más votada de aquel tramposo proceso, de ahí que también se encuentra en el paquete de funcionarios impugnados por aprovechar su cargo público con fines partidistas.

A COLACIÓN

Por cierto, la ahora flamante asambleísta electa, integrante del grupo de los 30 “illuminatis” tiene más parentela beneficiada en el gobierno de la Triste Historia; la hermana está en el área administrativa de Finanzas, el hermano es proveedor y su mamá en atención ciudadana. 

Es claro que la labor de la matriarca rindió frutos, la recordamos por andar cerca de la entonces candidata a la gubernatura haciendo importantes tareas como esa de cuidar y cargar la bolsa.

En tanto que el oriundo de Acuitlapilco, no sería raro que aprovechando la coyuntura intente derrocar al rector.

PENOSO

La esperada visita del presidente López Obrador, anunciada a inicio de semana por la gobernadora Cuéllar, y donde tenían planeado llevarlo al nuevo Hospital General de Tlaxcala (construido por la administración pasada) para que lo recorriera y lo inaugurara de nuevo, es claro que una cosa es la politiquería y la propaganda, pero la otra es la realidad.

Finalmente decidieron no montar su tinglado y la Presidencia determinó ir a Huamantla, Tzompantepec y Calpulalpan. Y es que en la primera ocasión que inauguraron el nosocomio, la ciudadanía padeció la triste realidad con un inmueble que opera a medias y con servicios ofrecidos de forma desorganizada.

Es el caso de testimonios recabados en el lugar de los hechos y que hoy publicamos en Gentetlx, personas de la tercera edad y con alguna discapacidad que con llanto imploran por atención tras ser timados con falsas cita. ¿Eso también se lo presumirán al presidente los de la triste historia y sus propaganderos?