Por Edgardo Cabrera

Parece que la oposición en Tlaxcala trata de despertar, les tomó un año y las condiciones políticas, así como los yerros cotidianos de la Nueva Triste Historia los coloca en una posición inmejorable para construir, si se duermen en sus laureles como hasta ahora, padecerán otra derrota en 2024.

Anabell Ávalos encendió el despertador al iniciar su gira de agradecimiento, para algunos, tarde, a mi juicio, en tiempo. Un recorrido en plena algarabía cuatroteísta o durante el arranque del gobierno la hubiera convertido en blanco directo de ataques e incluso agresiones, luego de una campaña empañada por la guerra sucia.

Los opositores olvidaron que los más de 230 mil votos obtenidos el 6 de junio de 2021 por Ávalos ningún priísta, panista o perredista los había logrado, es un capital nada despreciable y menos ahora cuando del otro lado hay gente decepcionada y molesta por el incumplimiento a la palabra, el desempleo, la inflación, inseguridad, los negocios al amparo del poder, en fin. 

Marco Mena ganó con 189 mil, Mariano González Zarur con 215 mil. El entonces panista Héctor Ortiz sacó casi 147 mil, y el ex perredista Alfonso Sánchez Anaya 150 mil.

Cierto, Lorena Cuéllar alcanzó 305 mil votos, una diferencia de 74 mil con Anabell Ávalos, un detalle, del lado de Morena hubo un descarado despilfarro de recursos tantos federales, como estatales, ya que Mena volteó bandera, y la factura fue pagada con su inmunidad y la diputación de su hermano.

Esos 230 mil votos de la oposición los lograron en plena orfandad gubernamental, hoy que tratan de despertar, la pregunta es clave: ¿piensan dividir parcelas?, o mantendrán una alianza, ¿quién será factor de unidad?

A COLACIÓN

Si alguien duda que la oposición se reactiva, la mañana de este martes un restaurante capitalino fue la sede de las coincidencias panistas.

Adriana Dávila reapareció en la escena local, y sí, admitió, es momento de la reactivación política. Con ella la senadora Minerva Hernández, ex coordinadora de la campaña de Anabell el año pasado.

Adriana y Minerva trabajaron juntas después de la elección constitucional en la disputa por la dirigencia del PAN estatal, pero perdieron, después de eso poco se supo, es más, no hubo un llamado a la reconciliación.

En otra mesa, en ese mismo restaurante, el ex alcalde apizaquense Julio Hernández, el principal impulsor de la fórmula que le ganó a Minerva la presidencia del partido. 

Esa disputa, pareciera que quedó atrás, y es que tanto Minerva como Adriana dejaron atrás viejos rencores, como buenas políticas de carrera, dieron el primer paso y se acercaron a saludar al lugar donde se encontraba también la coordinadora parlamentaria del PRI en el Congreso local y una de las principales críticas del gobierno estatal, Blanca Águila. Es tiempo de la reconciliación, admitió el de Apizaco en un breve diálogo conmigo.

La próxima semana se cumplirá el primer año de la elección del 6 de junio, los cuatroteístas seguro tendrán fiesta, ¿la oposición tendrá velorio?, o será finalmente su amanecer… al tiempo.