Por José Luis Ahuactzin

Una vez aprobado el Presupuesto de Egresos 2022, diputados evidenciaron su doble discurso, pero más bien su verdadero YO: como dicen una cosa dicen otra.

Ese síndrome de la pasada Legislatura en la que privó la soberbia y la simulación, parece que les persigue la sombra de la ignominia, o del pudor. 

Horas antes de su llegada al salón de sesiones el pasado jueves, los diputados ya estaban aleccionados para aprobar el Presupuesto, incluso se habla de cañonazos que pudieron haber modificado el sentido de su voto a favorable.

Una semana antes, apenas eran 12 de 25 diputados con la negativa al fondo moche y aprobar el Presupuesto mediante voto secreto: 7 de 8 diputados de Morena, menos Brenda Cecilia Villantes; la del PEST, de Fuerza por México, del PAC, el del PRI, y el del Nueva Alianza Lenin Calva.

Bastó una llamada directa del teléfono rojo de Palacio para alinear a todos, bueno casi a todos, pues el único que mostró congruencia política fue el coordinador del Grupo Político del PRD Juan Manuel Cambrón Soria, al emitir su voto parlamentario negativo.

De hecho, a ese cambio repentino y de última hora, se suma el diputado del PRD restante, los 2 del PVEM, el diputado restante del Nueva Alianza, 4 del Partido del Trabajo, 2 del PRI, 1 del PAN, y Cecilia Villantes; todos ellos que se acercaron al final a votar a favor de la iniciativa sin mayor conflicto, creando un clima de sospechosismo.

Expectativas 2022

Si bien existe un ánimo de evitar o simular la transparencia y rendición de cuentas, el Poder Legislativo tendrá un gran reto, principalmente porque deberá informar sobre el gasto público que realizará, por ejemplo, de los 85 millones 500 mil pesos para apoyos sociales, ¿a dónde irán a parar?

De la deuda pública, por ejemplo, en el Poder Ejecutivo, está autorizado que no podrá ser mayor al 20 por ciento del presupuesto anual.

Como estos dos rubros, así existen una cantidad de partidas que deberán ser desglosadas y analizadas dentro del Presupuesto de Egresos, pues esa es la clave para su verdadera fiscalización.

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