Por Fernando Tamayo

El día de ayer se conmemoró los 200 años desde que nuestra nación fue declarada oficialmente Independiente del yugo español. Fue un 27 de septiembre de 1821 cuando los dos bandos que durante 11 años habían peleado por justicia e igualdad sociales decidieron dejar atrás sus diferencias anteponiendo la preeminencia de un país independiente.

Dada la importancia histórica de dicha celebración, bien valdría la pena recordarla haciendo una autocrítica sobre si los problemas sociales que devinieron en una lucha armada en el siglo XIX y 100 años después en la Revolución han quedado atrás y México cuenta ya con otra agenda social que atender.

El movimiento Independentista surgió como un reclamo colectivo frente a la injusticia y desigualdades sociales, y de la misma manera, como Morelos se refería en los Sentimientos de la Nación  a la necesidad de acabar con la indigencia y la opulencia un siglo después Villa y Zapata se pronunciaban por otorgar a los más desprotegidos las condiciones mínimas de igualdad. Desafortunadamente esos reclamos, hoy están convertidos en exigencias de millones de mexicanos quienes siguen sufriendo  injusticia y desigualdad en un país que lleva 200 años tratando de resolver la misma problemática.

Más allá de discursos distorsionados que pretenden engrandecer al poder caudillista a través de una Historia alejada de la realidad debemos aprovechar esta oportunidad en que se cumplen dos siglos de la entrada del Ejército Trigarante a lo que hoy se conoce como la Ciudad de México y decretar con ella la consumación de la Independencia para analizar que tanto hemos avanzado en dichas demandas colectivas; a decir de quien escribe, muy poco.

La pobreza en México sigue siendo sumamente elevada -más del 50 por ciento de la población se encuentra en esta condición- el acceso a la justicia sigue siendo limitado, el Estado de Derecho y la igualdad de oportunidades forman parte de los pendientes gubernamentales, sin mencionar que la polarización social alcanza niveles que han puesto en alerta a los estudiosos de los problemas colectivos.

Esperemos que así como Guerrero e Iturbide dejaron atrás sus diferencias para dar paso a una nueva nación, de la misma manera que lo hicieron los revolucionarios al ponerse de acuerdo con Carranza para resolver los problemas de la insurgencia y dar paso a la creación de la primer constitución social de la época moderna. Las diferencias y polarizaciones que hoy vive el país queden atrás y se trabaje en una agenda común para que de una vez por todas se atienda de fondo los verdaderos problemas sociales con más de dos siglos de ser el verdadero reclamo colectivo. Al tiempo.    

Desde la barrera

Y en eso de las desigualdades entre la sociedad vale la pena comentar que de acuerdo a los datos oficiales el mes de agosto y lo que va de septiembre han sido los meses con más feminicidios cometidos en el país desde que se lleva registro de este tipo de delitos. Esperemos que pronto las autoridades actúen en consecuencia pues no se trata de un dato menor y la problemática sigue creciendo día con día. 

Desde la barrera

Nos cuentan qué más de un alcalde se encuentra desilusionado por su encargo dado que las condiciones en que han recibido las comunas son peores a las que esperaban, en la mayoría de los casos los Ayuntamientos han comenzado a laborar sin las herramientas básicas para desempeñar su función dado que sus antecesores se llevaron hasta el mobiliario perteneciente a las distintas áreas. Todos se quejan de cómo se encuentran las alcaldías sin embargo la autoridad responsable de dar seguimiento y castigar este tipo de abusos brilla por su ausencia. Donde quedo el papel del Órgano de Fiscalización en los procesos de entrega recepción, nadie sabe, nadie supo.

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